MADRID / ORTVE, las fuentes diversas de la música
Madrid. Teatro Monumental.19-X-2023. Orquesta Sinfónica de RTVE. Director: François López-Ferrer. Santiago Cañón-Valencia, violonchelo. Obras de Vega, Shostakovich, Messiaen y Debussy.
La música puede surgir de fuentes diversas: la naturaleza, la literatura, las vivencias personales y un largo etcétera, pero luego debe convertirse en un signo sonoro sensible cuyo carácter abstracto no impide la comunicación y el disfrute según el talento de quien la cree y quien la interprete. Y fuentes muy distintas tenían las cuatro obras que formaban el interesante y no convencional programa que presentaba con la Orquesta de RTVE el director François López-Ferrer, un maestro hispano norteamericano nacido en Cincinnati cuando su padre era titular de la orquesta de esa ciudad. Se trata de un director bien formado, sensible, con buena técnica y criterio, que fue capaz de adaptarse a los cuatro estilos propuestos y con una prodigiosa memoria que le hizo dirigir sin partitura todas las piezas sin solista.
La primera obra tenía una clara inspiración literaria. Puntera en su generación, independientemente de ser hombre o mujer, la canaria Laura Vega (1978) es una excelente compositora y en 2020 celebró el centenario de Galdós con una pieza sugerida por la correspondencia amorosa del gran escritor. Galdosiana es una pieza muy bien hecha, intensamente expresiva y muy bien proporcionada de recursos y desarrollo, ejemplo de alguien que tiene talento y sabe usarlo. El director la sirvió muy bien, dejando lucir sus valores y fue acogida con el éxito que sin duda merece.
El Concierto para violonchelo nº 1 de Shostakovich es muy apreciado y programado por los violonchelistas aunque, en mi opinión, no es de lo mejor de un autor valioso pues no concilia del todo el romanticismo y el expresionismo de los que surge, además de mostrar cierra debilidad en algún material temático, algo que no empaña un excelente oficio. Nace del virtuosismo de su destinatario, Rostropovich, y eso se nota, incluso mucho, en determinados pasajes y en la dilatada y algo extraña cadencia. Fue muy bien tocado por el solista colombiano Santiago Cañón-Valencia, que posee un sonido más hermoso que grande, una excelente técnica y una afinación notable. Fue muy aplaudido y correspondió con dos propinas.
Primera obra orquestal de un joven Messiaen, Las ofrendas olvidadas se originan en el misticismo explícito de su autor, quien muestra ya lo más persistente de su arsenal creativo y su honda sensibilidad sonora. La cruz, el pecado y la Eucaristía son sus tres movimientos encadenados, muy contrastados y atractivos, que López-Ferrer hizo muy bien, aunque ese ambiente de lejana vidriera que Messiaen quiere para el final se pueda perfilar un poco más.
Mientras el nacionalismo musical coloreaba la periferia de Europa en la última parte del XIX, hubo también una moda, especialmente en Francia, de hacer surgir las músicas del empleo de matices locales, más o menos exóticos, que eran como postales sonoras, pero nada sería más inexacto que llevar una obra maestra como es la Iberia de Debussy a ese terreno. Debussy, que en toda su vida solo pasó unas horas en España (en San Sebastián), trató muchas veces la evocación peninsular, pero no para hacer música española sino música muy francesa, y además genial, evocando lugares o sensaciones de por aquí. Iberia es una gran obra, fluida, llena de colores cambiantes, de giros formales inesperados, de alquimias tímbricas que no han sido superadas. Es muy cercana en su lenguaje a La Mer y no menos esencial. Gran música que produce enorme placer escuchar si se hace en una versión tan interesante como la de François López-Ferrer que tuvo en la Orquesta Sinfónica de RTVE una colaboración entregada, llena de calidad ,que remató muy bien un concierto con cuatro obras que surgían de lugares muy diferentes pero que poseían algo en común: la calidad y el talento.
Tomás Marco