MADRID / ORTVE: Haendel en manos de Jan Willem de Vriend no defrauda
Madrid. Teatro Monumental. 25-X-2024. Orquesta y Coro RTVE; Renata Arends, soprano I, Aurora Peña, soprano II, Carlos Mena, contratenor, Samuel Boden, tenor, Javier Recio, bajo I; Carmelo Cordón, bajo II; Jan Willem de Vriend, director. Georg Friedrich Haendel: Israel en Egipto
El segundo de los dos conciertos —viernes— de la tercera semana de la temporada de abono de la Orquesta y Coro RTVE en el Teatro Monumental fue excelente. No es la primera vez que el director invitado Jan Willem de Vriend dirige a la ORTVE. Ya lo hizo hace dos años con unas estupendas Estaciones de Haydn (https://scherzo.es/madrid-unas-excepcionales-estaciones-de-haydn-en-manos-de-jan-willem-de-vriend/). En aquella ocasión la gran revelación para el público madrileño fue un extraordinario tenor alemán, David Fischer. De los tres programas de temporada que ya lleva interpretados la ORTVE, el de esta semana ha sido, sin lugar a dudas, el de mejor ejecución. Obviamente, el concierto de esta semana no se puede comparar stricto sensu, porque el repertorio y el orgánico de la orquesta han sido distintos al de las dos anteriores semanas, con obras de Beethoven, Schumann y Guinovart. En esta ocasión hemos escuchado el oratorio Israel en Egipto de Georg Friedrich Haendel, música barroca de la buena y exquisitamente interpretada por la ORTVE con el bajo continuo de Pablo Zapico a la tiorba y Daniel Oyarzábal al órgano y clave. Los solistas para la ocasión han sido la soprano neerlandesa Renata Arends y la española Aurora Peña, el contratenor Carlos Mena, el tenor británico Samuel Boden y los bajos —también profesores del Coro RTVE— Javier Recio y Carmelo Cordón.
Sin embargo, es una lástima que, habiendo sido el concierto de mejor ejecución hasta la fecha, no hubiera tanta afluencia de público como en los anteriores. Algo parecido había ocurrido la noche anterior en el Auditorio Nacional con el Dido y Eneas de Henry Purcell, que contaba con el reclamo de la soprano Sonya Yoncheva, que cantó espectacularmente. Poco público. ¿Será que el Barroco llama menos la atención? A saber.
El concierto de la ORTVE además, contaba con la novedad de una pantalla gigante donde se podían leer los subtítulos. Los abonados llevaban varias temporadas quejándose de la falta de programas de mano en papel —hay que descargarlos en el móvil utilizando QR— o de subtítulos en pantalla y, por fin, cuando se consigue que haya subtítulos, ¡zas!, el público no acude al concierto en la cantidad que la ocasión merecía… Afortunadamente, el concierto se grabó y en algún momento se emitirá por televisión. Quienes lo vean, comprobarán la excelente interpretación que los músicos hicieron con el holandés Jan Willem de Vriend al frente. Vayamos, entonces, a la música.
Haendel compuso Israel en Egipto en apenas un mes, entre octubre y noviembre de 1738. Este oratorio y Mesias son los dos únicos cuyos textos son bíblicos. El texto del libreto de Israel en Egipto lo conforman principalmente fragmentos del Antiguo Testamento, principalmente del Éxodo y alguno de los Salmos. La obra se estrenó en abril de 1739 y no fue bien acogida por el público. Haendel retocó la partitura, aumentando las partes corales a la italiana. Este oratorio contiene mucho material reutilizado de otras obras. La versión que interpretó la ORTVE constó de una Obertura, una primera parte, Éxodo, dividida en doce números —de los cuales ocho son solo para coro—y una segunda, Canto de Moisés, dividida en diecisiete números. Sin duda alguna, casi todo el peso musical de la obra recae en el coro y en la orquesta, siendo el coro el protagonista indiscutible. Además, las numerosas intervenciones del Coro RTVE fueron de muy buena y hermosa factura.
Cuando comenzó la Obertura, Jan Willem de Vriend dejó claro que domina el repertorio. Dirige sin batuta, a manos desnudas, y logra un equilibrio de sonido muy bueno. Gesto claro que imprime dinamismo a la música y logra conjuntar soberbiamente a la orquesta. En cuanto a los solistas, el tenor Samuel Boden tiene una voz bella, con un timbre adecuado para los recitativos, pero con una falta de potencia y proyección que se notó en la única aria solista del tenor en la segunda parte, The enemy said: la voz no corría por la sala con la soltura, no al menos en el anfiteatro. Bello, sin embargo, fue el dueto Thou in Thy mercy con el contratenor Carlos Mena, quien canto la parte de alto. Mena estuvo sobresaliente en todas sus intervenciones. La sopranos hicieron un excelente papel en sus respectivas arias y duetos —muy bueno el Éxodo 15: 2, The Lord is my strength, con el que nos fuimos al descanso. Las intervenciones del coro fueron magníficas, acompañadas por una orquesta muy bien guiada por el maestro De Vriend.
Tras el descanso, la música se reanudó con el dúo de bajos, al que sucedieron los subsiguientes números. Precioso fue el trío formado por los violines de Iván López y David Mata con el violonchelo de Javier Albarés para acompañar a Carlos Mena en el aria Thou shalt bring them in. Ese fue uno de esos momentos de recogimiento especiales e íntimos en los que la música llega muy hondo. El oratorio concluyó con la estupenda intervención de la soprano Renata Arends que dio paso al triunfal coro final que fue emocionante.
El coro fue muy aplaudido por el público y la interpretación de Jan Willem de Vriend no defraudó, dejando un muy buen sabor de boca.
Michael Thallium