MADRID / ORTVE: noche triunfal con Pinchas Steinberg
Madrid. Teatro Monumental. 28-X-2022. Sonia de Munck, soprano; Carlos Mena, contratenor; Javier Franco, barítono. Grupo Vocal Antara Korai. Orquesta y Coro RTVE. Director: Pinchas Steinberg. Obras de Leonard Bernstein y Carl Orff.
La cuarta semana de la Temporada Raíces de la Orquesta y Coro RTVE (OCRTVE) tuvo muchos —y muy buenos— protagonistas, pero dos de ellos destacaron por su excelencia: el experimentado director israelí Pinchas Steinberg y el Coro RTVE. En el programa, dos obras en las que, indiscutiblemente, el coro lleva la voz cantante: Los salmos de Chichester de Leonard Bernstein (1918-1990) y Carmina Burana de Carl Orff (1895-1982). Todo programador que se precie sabe que la obra de Orff es una ‘llenapistas’; la asistencia de un muy nutrido público suele estar garantizada. Y eso es lo que ocurrió durante los dos días, jueves y viernes, en los que se interpretaron las dos obras mencionadas. Si hace tan sólo un par de semanas uno se lamentaba de la falta de público en el Teatro Monumental, esta semana uno se ha alegrado de ver una sala casi llena. Sin embargo, uno tampoco quiere quedarse en lo superficial y anecdótico, a saber: que el público acudió sólo por ver y escuchar Carmina Burana y no porque realmente entienda de música clásica.
Permítanle a uno hacer una pequeña observación que suele pasar inadvertida a quienes nos dedicamos a la crítica musical y también a buena parte del público que acude a los conciertos. Esta semana, el jueves por la mañana, a las 10:30, estuvo uno presente en el ensayo general de la OCRTVE. La razón era bien sencilla: comprobar qué se cocía más allá de los habituales conciertos vespertinos de los jueves y viernes. Uno pudo comprobar con agrado esa faceta formativa de las orquestas que suele pasar inadvertida. Aparte de un público ‘mayor’ —de esas personas que peinan canas—y ‘habitual’, al ensayo acudieron también muchísimos chavales jóvenes de distintos colegios e institutos. ¿Para cuántos de ellos sería la primera vez que iban a un teatro a ver en directo una orquesta sinfónica con coro y solistas? Probablemente para la mayoría. Ese es precisamente el público que algún día —ojalá— renovará al “mayor y habitual” que acude a los teatros.
El ensayo general —a un módico y popular precio de 3 euros— estuvo muy bien, emocionante. Pinchas Steinberg paró sólo una vez durante Carmina Burana con el fin de dar unas indicaciones al coro respecto de cómo acompañar al barítono. Ahí es donde verdaderamente se ve la labor del director de orquesta. Si uno hace esta observación es porque la ocasión lo merece. Hace un tiempo, Arturo Reverter —por cierto, autor de las notas al programa de este concierto— le decía a uno que había que emocionarse más con la buena música. Pues bien, durante ese ensayo, quien les escribe se emocionó. Y no sólo por la obra de Orff, sino por la de Bernstein. ¿Qué ocurriría al día siguiente, en el concierto del viernes? A ello vamos.
Los salmos de Chichester fue un encargo del deán de la catedral de Chichester, Walter Hussey (1909-1985), para el Festival de las Catedrales del Sur de 1965, en Inglaterra. La obra se estrenó el 15 de julio de 1965 en Nueva York, con el propio Bernstein dirigiendo la Filarmónica de Nueva York. Dos semanas más tarde, en agosto, se presentó en Chichester. Los salmos de Chichester está compuesta para orquesta —tres trompetas, tres trombones, timbales, percusión (bombo, platillo, caja, triángulo, pandereta, glockenspiel, xilófono, campanillas, bloques de madera, bloques de templo, látigo, bongos, escofina), dos arpas, cuerdas— coro y solo de voz blanca o contratenor. Dura unos veinte minutos y es una obra muy rítmica, que en algunos pasajes recuerda a West Side Story, pero que también tiene bellísimas melodías, como esa que se repite en varias ocasiones y que sonó tan melancólica en la voz del contratenor Carlos Mena, que lo hizo muy bien, o también en la de ese hermosísimo solo de violonchelo que interpretó Suzana Stefanovic.
En cuanto a la parte coral, muy difícil tanto agógica como dinámicamente, el Coro RTVE protagonizó momentos exquisitos, con muy buenos cambios de timbre, como eso canto velado y suavísimo al final de la obra. Mención especial merecen las interpretaciones de los solistas del coro: la soprano Nancy Catalina Rodríguez, la contralto Carolina Muñoz, el tenor José Manuel Delicado, y los bajos Milan Perisic y José Angel Silva. Ya dijimos al principio que hubo muchos y muy buenos protagonistas. Cuando se programa en la primera parte del concierto una obra muy poco conocida —Los salmos de Chichester, en este caso— junto a otra muy conocida en la segunda parte —Carmina Burana—, suele ocurrir que la primera queda deslucida. No fue el caso de la obra de Bernstein. El coro se lució de lo lindo dejando el listón muy alto en la primera parte del concierto del viernes.
Después del descanso, llegó la obra que todo el mundo estaba esperando. Mucho se ha debatido sobre la cantata Carmina Burana y la vinculación de Carl Orff con el partido nazi alemán. Llamaba la atención que, en esta ocasión, fuera un judío, Pinchas Steinberg, quien la dirigiera. Por cierto, lo hizo magníficamente, sacando de la orquesta toda la energía y potencial, así como distintas dinámicas y timbres. El día anterior, después del ensayo general, uno tuvo oportunidad de hablar brevemente con Steinberg al respecto de la opinión que le merecía la obra de Carl Orff: “He dirigido muchas óperas y normalmente la música suele adaptarse al texto. Estoy convencido de que, al contrario de lo que dijo Orff, él no compuso la música partiendo de los textos encontrados, sino al revés, que adaptó los textos a la música que, en mi opinión, había compuesto previamente”. ¡Ahí queda eso!
Sea como fuere, el asunto es que tanto los solistas como los dos coros —el coro de voces blancas Antara Korai que dirige Juan Antonio Jiménez se unió en el Amor volat undique y en Tempus est iocumdum— y la orquesta estuvieron al más alto nivel. El barítono Javier Franco tuvo momentos muy buenos en Dies, nox et omnia, en Ego sum Abbas Cucaniensis y en Circa mea pectora. Carlos Mena cumplió con creces en su única intervención durante Cignus ustus cantat, esa parodia del cisne que canta mientras lo asan para ser devorado. La soprano Sonia de Munck, con un hermoso timbre y buena proyección de voz, tuvo un momento estelar con ese agudísimo canto de Dulcissime previo al coro final Ave formosissima antes de la recapitulación del archiconocido O Fortuna. Y no puede uno dejar de mencionar a los solistas masculinos del coro que interpretaron un fabuloso Si puer cum puellula: por un lado, los tenores José Darío Cano, José Manuel Delicado y Matías Bruno Álvarez; y por otro, los bajos Carmelo Cordón y Edwing Tenias. ¡Buenísimos!
Al final el público prorrumpió en un grandísimo aplauso que poco a poco se convirtió en ovación. Especialmente aplaudidos fueron la sección de percusión de la orquesta y el gran protagonista de la noche: el Coro RTVE que dirige Marco Antonio García de Paz. Pinchas Steinberg hizo que todos brillaran en su justa medida. Noche triunfal con muchos protagonistas para la ORCTVE.
Michael Thallium
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