MADRID / Christoph Prégardien: oficio y entrega
Madrid. Teatro de la Zarzuela. 2-XII-2019. XXVI Ciclo de Lied. Christoph Prégardien, tenor. Julius Drake, piano. Obras de Schubert y Schumann.
Sin ser mayoritaria en el repertorio, la tesitura del tenor de cámara tiene larga ejecutoria. Nombres como Häfliger, Dermota, Wunderlich y Valletti la ilustran. En esta línea, Christoph Prégardien ocupa un sitio de alta excelencia. Consiguió revalidarla en esta ocasión, aunque con matices.
La primera mitad del programa era una larga serie de canciones schubertianas entre las menos frecuentadas de su cuantioso repertorio. La estructura estrófica se oyó repetitiva, lo mismo que el tema recurrente del abandono y la soledad amorosos. Prégardién se valió del atril para seguir el menú y se limitó a pasar página con oficio de excelente lector del verso y estructurador estrófico.
Con Schumann cambiaron radicalmente la actitud y los efectos. Ciertamente, el Ciclo de canciones op. 39, creado en el glorioso año lírico de 1840, figura entre lo mejor del género. El tenor lo cantó de memoria, con una entrega y una concentración que hasta entonces no había puesto en marcha. La exquisita musicalidad, los bellos recursos de canto apianado y explayado, unidos a una cantidad de matices expresivos que fueron desde la exaltación primaveral hasta la melancolía, de la ruina gótica hasta el bosque susurrante, todo ello produjo un resultado magistral. De propina, volvió Schubert con su manida Serenata que pareció un estreno, y una lectura de Noche y sueños que resultó hipnotizante. Julius Drake, conocido de nuestro público en vivo y en registros, insistió en poner su equilibrado quehacer al servicio de su compañero.
(Foto: Rafa Martín)
Blas Matamoro