MADRID / Magistral maestría (Concierto-homenaje a Cristóbal Halffter)

Madrid. Auditorio de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. 3 de diciembre de 2020 / Cristóbal Halffter: Contando una historia, Cadencia, Variationen über das Thema eSACHERe. Noche pasiva del sentido, Improvisación sobre Il lamento di Tristano, Ricercare. Intérpretes: Alberto Rosado, Adolfo Gutiérrez Arenas, Laia Falcón, Dionisio Villalba, Raúl Benavent, Javier Monteverde, José Luis Temes, Álvaro Marías y Daniel Oyarzábal.
Como lo hiciera hace poco con Luis de Pablo, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando ha rendido homenaje a Cristóbal Halffter con motivo de su 90 cumpleaños y siendo además en este momento su miembro más antiguo. Magnífico programa diseñado en su día por José Ramón Encinar, que la Covid ha retrasado, pero no impedido, y no menos magníficamente interpretado por un ramillete de grandes intérpretes españoles que pusieron en evidencia la maestría de quien es hace ya mucho un gran Maestro.
Alberto Rosado tocó con perfección absoluta la breve y encantadora Contado una historia… que glosa el cuadro (en el Louvre) de Ghirlandaio del abuelo relatando un cuento a su nieto. El pianista castellano hizo brillar la espectacular y virtuosa Cadencia, sin duda la mejor pieza pianística del compositor. Luego, Adolfo Gutiérrez Arenas impulsó con su violonchelo la expresiva complejidad de Variationen über das Thema eSACHERe .
Y, en el centro, la cumbre del programa: Noche pasiva del sentido, una creación de 1970 con su emotiva y poética sensibilidad sobre los versos de San Juan de la Cruz. Una obra que se hace en directo e inmediatamente recicla grabado lo que aconteció y se suma al presente en un complejo entramado de tiempos, timbres y expresiones; hermosa polifonía del tiempo y el sonido que demuestra que también la tecnología ayuda a crear y a despertar la sensibilidad. Pieza bellísima y emocionante, quizá la mejor composición no sinfónica del autor, y una obra maestra de la música europea desde hace medio siglo. Laia Falcón la cantó de manera espectacular, con gran voz y excepcionales matices; por su parte, los percusionistas Dionisio Villalba y Raúl Benavent realzaron la sutileza de toque mientras Javier Monteverde, uno de los mejores ingenieros de sonido de Europa, se ocupaba de la electrónica en vivo superando con creces las casi imposibles dificultades que en su tiempo presentaba la obra. Y a todos dio José Luis Temes orden e impulso.
Después Álvaro Marías bordó con la flauta dulce la melancolía de Improvisación sobre Il Lamento de Tristano y Daniel Oyarzábal hizo brillar en el órgano de la Academia el torrente sonoro de Ricercare. Gran música toda, en verdad de un gran Maestro, realizada con total maestría por intérpretes que también los son, y emotiva y gigantesca ovación final por parte del público, que colmaba el aforo permitido, hacia una figura que ya pertenece a nuestra historia pero que está felizmente entre nosotros.
Tomás Marco