MADRID / La visita ornamentada de Jost a Schumann
Madrid. Palacio del Marqués de Salamanca. 11-III-2023. Jost: Dicterliebe. Josep-Ramon Olivé, barítono. Modus Novus. Director: Santiago Serrate.
El regreso a músicas pretéritas para glosarlas, moldearlas o para que sirvan de nueva inspiración es una constante en la historia de la música desde sus inicios. Si nos ceñimos, por ejemplo, al terreno del Lied alemán, está en la memoria la recomposición que Hans Zender realizó en 1993 del ciclo Winterreise de Schubert. En este caso, lo que se proponía era la singular visita que el alemán Christian Jost (1963) realizó en 2015 al ciclo de Schumann Dichterliebe op.48, (Amor de poeta). Y no solo a Schumann, sino a los versos de Heine, tan dolorosos que hoy serían casi psicóticos pero que a Jost le tocaban de cerca, porque durante la elaboración del proyecto falleció su esposa.
La visita de Jost a Schumann difiere bastante de la de Zender a Schubert. Es extremadamente respetuosa con la música original, pero, al mismo tiempo, realiza algo muy suyo. Utiliza un barítono y nueve instrumentos: flauta (con flauta en Sol), clarinete, cuarteto de cuerda, piano (con celesta), arpa, y un percusionista con vibráfono y marimba. Sorprende en principio esa presencia de las láminas, pero su uso no puede ser más eficaz. Y se equivocaría totalmente quien supusiera que se trata de una orquestación. En modo alguno. Es más un desarrollo y una ornamentación de algo que utiliza todas las notas del original, aunque glosándolas, repitiéndolas, alargándolas y contextualizándolas en un continuo sonoro donde el canto fluye con toda naturalidad.
A veces los timbres son sutiles, otras muy dramáticos y hay introducciones y consecuencias de los Lieder de manera que la obra circula como una unidad. No creo que los acérrimos del Lied puedan acusar a Jost de ninguna clase de irreverencia, pero lo cierto es que la obra de Schumann se escucha de otra manera, con acentos a veces modernos, como el enorme swing que imprime a alguna de las canciones y que evidencia claramente su experiencia americana. Para quienes conozcan menos el original de Schuman, se trata de un buen pórtico para penetrar en él desde una experiencia que es distinta pero que tiene un fuerte anclaje en un original ornamentado y transfigurado por un pensamiento actual.
Claro que todo esto hay que hacerlo muy bien y así sucedió. Josep-Ramon Olivé fue un gran barítono solista. Voz hermosa, grande y expresiva, conocimiento profundo del género y una inmersión en la música y en esos versos, que dijo con un alemán perfecto y muy inteligible. La suya fue realmente una actuación sobresaliente. Con él, los excelentes profesores del Modus Novus, un conjunto ya veterano que tiene una alta capacidad técnica y un sentido interpretativo muy ajustado. Dirigiendo y concertando a todos muy bien, Santiago Serrate, que se ha convertido no sólo en un director muy fiable en todos los géneros sino también en un maestro de gran técnica y estupenda capacidad expresiva. Con todos ellos, el concierto fue muy notable y obtuvo un gran éxito.
El ciclo que está ofreciendo este curso en su sede la Fundación BBVA es omnicomprensivo, desde la Edad Media a la actualidad, variado y de contrastada calidad, eludiendo lo excesivamente obvio e informando de muchas cosas a veces consideradas laterales pero que no lo son. Ha encontrado su sitio y lo va a conservar.
Tomás Marco