MADRID / La ‘Pasión según San Juan’ 298 años más tarde

Madrid. Teatro Monumental. 8-IV-2022. Bach: La pasión según San Juan. Ciclo Ecos de la Belle Époque. Jone Martínez, soprano; Steve Davislim, tenor; Martin Platz, tenor, Carlos Mena, alto; José Antonio López, barítono, José Coca, bajo. Juan de la Rubia, órgano. Orquesta Sinfónica RTVE. Director: Carlos Mena.

Año 1724. Año bisiesto. Mal fario para los supersticiosos, dicen. A comienzos de febrero, se proclama rey de España a Luis I, hijo de Felipe V. Poco le duraría el reinado y la vida a ese rey niño. Murió seis meses más tarde, en agosto, con apenas 17 años. Su reinado, un suspiro. También en febrero de aquel año, en Londres, estrenaba Georg Friedrich Haendel (1685-1759) su ópera Giulio Cesare. Un éxito inmediato. En abril de ese mismo año, nace en Königsberg —hoy Kaliningrado— el filósofo alemán Immanuel Kant (1724-1804). Por carnavales, estrena Antonio Vivaldi (1678-1741) en el Teatro Capranica de Roma la que sería su última ópera romana: Il Giustino. 1724 fue también un año de viajes para Domenico Scarlatti (1685-1757): estancia en París y viaje a Roma donde conocería al compositor alemán Johann Quantz (1697-1773) y al castrato Carlo Broschi (1705-1782), es decir, al famoso Farinelli. En marzo, fallece el último papa Inocencio (1655-1724)… Ah, por cierto, el Viernes Santo 7 de abril de aquel año bisiesto, en la Iglesia de San Nicolas de Leipzig, un tal Johann Sebastian Bach, viudo de 39 años, casado tres años antes en segundas nupcias con Anna Magdalena Wilcke, estrena su la Pasión según San Juan.

Justo 298 años años más tarde, el pasado jueves 7 de abril, la Orquesta Sinfónica y Coro RTVE (OCRTVE) interpretaban la Pasión según San Juan BWV 245 en el Teatro Monumental de Madrid. Uno no acudió ese día al Monumental, sino al día siguiente, viernes, día 8 de abril. Quizás el gran acontecimiento de la temporada de la OCRTVE. No es fácil ver representada esta pasión, así que la ocasión la pintan calva. De hecho, para quien subscribe estas palabras era la primera vez que la escuchaba en directo, sirviéndole tan solo de referencia la grabación de 2010 —esta sí escuchada unas cuantas veces— que la Orquesta del Siglo XVIII con la Cappella Amsterdam dirigidos por Frans Brüggen hicieron para el sello Glossa.

Según Arturo Reverter, autor de las notas al programa, cuya lectura recomiendo: “De los cuarenta números que integran la partitura habitual, el primero y el último son independientes del recitativo. El fragmento de apertura es un verdadero prólogo ‘en la tierra´. No son ángeles o arcángeles los que cantan, sino fieles, pecadores que en la Pasión esperan poder decir que el Hijo de Dios sea glorificada a cada instante de la narración”.

En esta ocasión, el elenco vocal lo conformaban la soprano Jone Martínez, los tenores Steve Davislim (Evangelista) y Martin Platz (arias), el contratenor Carlos Mena —quien también ejerció de director musical— el barítono José Antonio López (arias, Pilatos y Pedro) y el bajo José Coca (Jesús). Otro de los artistas de lujo fue el organista Juan de la Rubia, quien los acompañó en el bajo continuo. Tras las dos horas que dura la representación de esta pasión, el público ovacionó a todos los artistas e incluso algunas personas se pusieron de pie. Gustó mucho, sí.

Dicho esto, diremos que uno de los papeles protagonistas en esta pasión es el del coro. Comenzaron con Herr, Unser Herrscher, dessen Ruhm. Es, sin duda, una parte coral de muy difícil interpretación. No estuvieron finos, quizás. Pero el coro fue de menos a más durante las dos horas y, francamente, lo hicieron muy bien en la parte coral Ruht wohl, ihr heilige Gebeine y la coral final Ach Herr, lass dein lieb’ Englein. Transmitieron paz y redención. Marco Antonio García de Paz, director del coro, salió a saludar y el coro se llevó un gran y merecido aplauso.

Por lo que respecta a los solistas, nos gustó mucho el barítono José Antonio López. El tenor Steve Davislim, que tiene el papel protagonista como narrador evangelista, estuvo bien. Sin embargo, quizás para este tipo de papeles sería mejor otro tipo de tenor, no ligero, para evitar falsetes en los agudos. No deja de ser un papel dramático. No obstante, tuvo una buena actuación. Bellas fueron las dos intervenciones de Carlos Mena como contratenor. Preciosa fue también el aria final Zerfliesse, mein Herze que Jone Martínez interpretó con mucho sentimiento. Gran aplauso se llevó también Carlos Mena como director.

Llama la atención no obstante, 298 años más tarde, que esta obra que pasó inadvertida en su estreno y que tiene un marcado carácter religioso —no la compuso Bach para el aplauso, sino para la gloria de Dios—, levante tanta pasión y aplauso cuando quizás la respuesta más acorde sería el silencio. Entendamos, pues, el aplauso como reconocimiento a los artistas. ¿Qué quedó del profundo sentido religioso? Probablemente poco para buena parte del público del siglo XXI, aunque nos queda esta música maravillosa.

Esta temporada, la OCRTVE está demostrando que tocan todos los palos y que la mayoría de las veces lo hacen con excelencia. Y siempre con oficio y maestría.

Michael Thallium