MADRID / Jesús Villa-Rojo, sesenta años en la creación musical
Madrid. Real Academia de Bellas Artes. 15-XII-2022. Quatuor Parisii. Obras de Beethoven y Villa-Rojo.
En 2020, Jesús Villa-Rojo cumplía 80 años y el acontecimiento iba a ser celebrado con un importante concierto patrocinado por la Diputación y el Ayuntamiento de Guadalajara, así como el Ayuntamiento de Brihuega, su ciudad natal. Pero la pandemia se lo llevó por delante, aunque ahora se ha celebrado, con más interés si cabe, en un concierto que se ofrecía por la mañana en Madrid y repetido por la tarde en Guadalajara. Hablo del de Madrid, que fue acompañado en todo momento por un rotundo éxito, y llevaba el título muy justo de “60 años en la creación musical”, aunque incluso son algunos más.
Villa-Rojo es uno de los más importantes compositores españoles en una generación que actúa como necesaria bisagra entre la de los vanguardistas seriales y la de los que ya nacen en la segunda mitad del siglo XX. Villa-Rojo tiene naturaleza de compositor de raza, dotado de un oficio impecable y de imaginación más que acreditada en una trayectoria de estéticas y técnicas que van variando en función del tiempo, pero siempre exploratorias. También fue destacado clarinetista, investigador de las nuevas posibilidades de su instrumento, fundador y director del LIM, un importante conjunto que extendió por todo el país, y también fuera, la música de su momento ofreciendo multitud de primeras audiciones. Además, ha sido un activo pedagogo y un solvente escritor sobre temas musicales, constituyendo así una figura clave en mucho más de medio siglo de la música y su creación de España.
En este concierto se celebraban los estrenos absolutos de sus dos últimos cuartetos de cuerda, el Cuarto y el Quinto. Las dos obras se basan en un trabajo intertextual sobre raíces musicales preexistentes, pero con criterios y soluciones muy diversas. Tienen en común en que ambas los materiales que se toman no funcionan tanto como temas prestados sino como estilemas deducidos de los mismos y de los que surge otro mundo tímbrico y estructural capaz de vivificar no solo la música en que se inspira sino proyectarse en un producto de innegable actualidad.
El Cuarteto IV, Variaciones sobre un tema de Hugo Wolf, se basa en un lied del compositor austriaco, In Frühling, del que ya se había servido en otro contexto tímbrico. Una música que Villa-Rojo hace suya, la convierte en un material flexible, capaz de transformarse en una forma nueva, y en un mundo de timbres que aviva una expresividad tan profunda como actual, haciendo del discurso musical algo emocionante para el oyente y más todavía en la soberbia versión en que lo ofrece el Cuarteto Parisii, protagonista interpretativo de la sesión. La obra es una profunda meditación sobre el trasfondo de la significación musical.
El Cuarteto V, Glosas a Albéniz y su Iberia, es una obra aparentemente sobre las mismas bases, pero totalmente distinta en tratamiento y resultados. Se acerca a la Iberia de Albéniz, que en otras ocasiones ha usado, para hacer una amplísima glosa personal sobre elementos muy españoles que internacionaliza tanto como el propio Albéniz. Obra dilatada, nada fácil de abordar interpretativamente, que balancea equilibrio y pasión con esa naturalidad que solo tienen las obras de madurez.
De nuevo los Parisii fueron interpretes entregados e ideales para lograr una versión convincente y de alta calidad técnica. Arnaud Vallin y Florent Biannes (violines), Dominique Lobat (viola) y Jean Philippe Martinoni (violonchelo) son más que un excelente cuarteto francés pues, después de cuarenta años de ejecutoria, resultan todo un referente de la mejor música de cámara europea y han dedicado mucho esfuerzo tanto al repertorio como a la nueva música y se han acercado no pocas veces a la música española.
Antes del estreno de los dos cuartetos de Villa-Rojo, realizaron una versión sólida y muy musical del Cuarteto en Si bemol mayor op. 18 nº 6 de Beethoven, el que se suele conocer como “La Malinconia”, que es como llamó el autor al último movimiento. Se cuajó así una magnífica actuación que subrayó con brillantez el merecido homenaje al maestro Jesús Villa-Rojo.
Tomás Marco