MADRID/ Hermosa música funeraria de Bach y Telemann con Delirivm Musica

Madrid. Basílica Pontificia de San Miguel. 04-IV-2023. Cristina Teijeiro, soprano; Beatriz Oleaga, alto; Ariel Hernández, tenor y Manuel Quintana, bajo. Delirivm Música. Juan Portilla, flauta y dirección. Actus Tragicus: obras de Bach (BWV 106 y 226) y Telemann (TWV 4:17, 44:1 y 1:479 ).
Precioso concierto el que nos brindó Delirivm Musica, que reunió a un excelente grupo de músicos españoles —con algunos refuerzos cubanos—, para interpretar con bastante brillantez dos de las más bellas cantatas funerarias alemanas jamás compuestas, junto a otras piezas adicionales de Bach y Telemann.
La cantata funeraria Gottes Zeit ist die allerbeste Zeit, BWV 106, fue compuesta por un Bach que apenas contaba con algo más de 20 años, y es una obra de una singular belleza en su aparente sencillez arcaica, ya que encierra en realidad un lenguaje retórico musical muy poderoso. Bach partió de la característica tradición instrumental funeraria germana, que emparejaba flautas dulces y violas da gamba, más el bajo continuo. El planteamiento de Bach es brillante desde la bella sonatina inicial, con el sostén de las dos violas da gamba, que marcan el paso del tiempo inexorable sobre el firme terrenal del continuo, mientras las dos flautas al unísono van desarrollando el camino de la vida, desde la paz hasta momentos de turbación y desasosiego que Bach va introduciendo con disonancias al alejar sutilmente sus notas. Precioso inicio, con unas estupendos Juan Portilla y Pepa Megina en las flautas, una excepcional Calia Álvarez secundada por María Barajas, con los bajos de viola da gamba, y un gran continuo con órgano positivo y violone.
Aunque el coro inicial suele cantarse con mayor solemnidad, aquí nos sorprendieron con una interpretación muy alegre y dinámica, lo que tiene sentido pues su texto expresa alegría. Con muchos matices y expresividad se unieron las voces de Cristina Teijeiro, Beatriz Oleaga, Ariel Hernández y Manuel Quintana. En el arioso Ach, Herr, lehre uns bedenken, pudimos comprobar la excelente voz de Ariel Hernández, con una voz de tenor plena y de bello timbre, con proyección y buen control en toda la amplitud del registro. En el aria siguiente, la inquietante Bestelle dein Haus, pudimos escuchar al bajo Manuel Quintana, con buena afinación en las parte graves y buena dicción. En el dialogo siguiente entre soprano y coro, admiramos los agudos espectaculares de Cristina Teijeiro, una gran soprano, aunque en ocasiones mostró cierta inestabilidad. Después llegábamos al momento cumbre de la cantata, In deine Hände, con las dudas del alma en la voz de alto de Beatriz Oleaga, con la magnífica viola de Calia Álvarez, hasta ser reconfortada por el Señor, el bajo, Heute wirst du mit mir im Paradies sein, donde pudimos escuchar a Asís Márquez e Ismael Campanero espectaculares en el continuo, y en el coral que acompaña al bajo, con las violas nuevamente brillantes, y concluir con otro coro espléndido con las flautas protagonistas.
A continuación disfrutamos de una de las más bellas cantatas de Telemann, también funeraria, Du aber, Daniel, gehe hin, TVWV 4:17. La cantata tiene mayor color instrumental y arias más desarrolladas, pero posee elementos comunes con la anterior. En este caso, en la sonata de apertura, junto a las dos violas da gamba y el continuo, nos encontramos unos endiablados unísonos parciales entre flauta, oboe y violín, Pepa Megina trocó la flauta por el oboe y aunque salió airosa, pasó por algunos pequeños apuros de afinación. Nuevamente el coro a cuatro voces estuvo fantástico con los bellos juegos de colores de Telemann, de soprano con flauta, tenor con oboe, viola da gamba, etc. Manuel Quintana estuvo muy bien en su aria, en dialogo con oboe y flauta, y en el número siguiente pudimos volver a apreciar la riqueza del registro agudo de una Cristina Teijeiro muy expresiva, nuevamente con oboe y flauta, mientras violines, violas da gamba y continuo nos recordaban en pizzicato rítmicamente el paso del tiempo, en forma de campanas, y hasta el caer de las lágrimas. El coro final fue excelente.
La transcripción de la Sinfonia de la Sonata en Re mayor, TWV 44:1, que nos brindaron fue realmente brillante, y se lucieron los violines de Beatriz Amezúa y Marta Mayoral junto a las dos violas da gamba y el continuo. A continuación, interpretaron la cantata Ertragenur das Joch der Mängel, TWV 1:479, que creo inédita en tiempos modernos. Ariel Hernández nos volvió a demostrar todas sus capacidades de excelente tenor, si bien la música de esta cantata, que es agradable, no estaba a la altura de todo lo anterior
El cierre del concierto correspondía al motete Der Geist hilft unser Schwachheit auf, BWV 226, escrito para a 2 coros SATB e instrumentos colla parte —que Bach ejemplificó con asignaciones instrumentales diferentes por coro— y que para la ocasión se ejecutó con los 4 vocalistas, los 2 violines, los 2 bajos de viola, órgano positivo y violone repartidos en los coros, y con Juan Portilla en la dirección. A pesar de toda la energía puesta en ello, hubo un cierto descontrol. Mucho mejor, emocionante y bellísimamente ejecutado, resultó el coral Gute Nacht, o Wesen del motete BWV 227, con el que nos obsequiaron como propina, para llorar con tanta belleza.
Manuel de Lara