MADRID / Ganaron ellas en el concierto del Trío Catch
Madrid. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Auditorio 400. 29-IV-2024. Trío Catch. Obras de Iannotta, Jolas, Turina, Cánovas Parés y Urquiza.
Ya es una decisión arriesgada poner el mejor plato al principio del festín. Los integrantes del Trío Catch (Martin Adámek, clarinete; Eva Boesch, violonchelo; Sun-Young Nam, piano) plantearon en su visita al ciclo Series 20/21 del Centro de Nacional de Difusión Musical (CNDM) cinco propuestas, la primera de las cuales, debida a la compositora romana Clara Iannotta (1983) era la más interesante de todas. Dedicada a la formación que ofrecía la obra, The people here go mad. They blame the wind (2013-14) nació a partir de un de un ventoso paseo por Boston en medio de la cual escuchó unas campanitas que colgaban de múltiples viviendas de uno de sus vecindarios. Aquella impresión armónica se sustanció en esta partitura delicada en la que las técnicas extendidas (la herencia de Lachenmann en Iannotta es fuerte y está asentada desde una personalísima asunción) generan paisajes rugosos y alterados frente a las iridiscencias tímbricas que propicia el sonido de una caja de música. Los integrantes del Catch demostraron mimar la obra, que perciben como suya propia, y trabajaron a fondo el sugerente extrañamiento que esta causa; de un lado un tono onírico, ensimismado; de otro una construcción característica de la música académica más experimental.
Afín a esta misma gestualidad concisa la pieza Una mica de cosa de no res (2024) de Helena Cánovas Parés (1994) llegaba en forma de estreno absoluto y encargo del CNDM. También coincidía con la precedente autora italiana en su atracción literaria, del verso original de Dorothy Molloy de aquella a la escritura de Mercé Rodoreda en la página que ahora se comenta. Esta Un poco de algo de nada se sostiene sobre un juego de tensiones y aforísticos gestos instrumentales a los que se añade una gestualidad que parece apuntar a Kagel, a Aperghis, pero que acaba jugando un papel más que discreto, concentrándose el empeño de manera plena en el lenguaje como constreñido y taciturno que hábilmente construye la compositora. Con Round to catch (2022) de Betsy Jolas (1926) los miembros del trío se desquitaron muscularmente frente al laconismo expresivo de Iannotta y Cánovas Parés. La partitura, más escolástica, arranca mejor de lo que luego se desarrolla, con inicios abortados de cuatro cánones clásicos. Luego estos son entremezclados con el fin de tejer una trama reiterada y compleja de motivos; lo que permitió al conjunto sacar lustre de sus respectivas capacidades virtuosas.
Siempre en ese lugar del buen oficio, al que tantos otros ni se acercan, la música de José Luis Turina (1952) parece ajena a tantas cosas que pasaron y pasan a su alrededor. El camino es legítimo y seguro que parte del público se sintió identificado con la gramática expresionista, casi descriptiva, de Túmulo de la mariposa (1991). Los Catch transitaron por ella pulcramente pero sin demasiado entusiasmo, y la trazaron con cuidado, más pendientes de los pentagramas que del aleteo del insecto que (parcialmente) describe la pieza. Pièges de neige (2018), de Mikel Urquiza (1988) es rescatada de su incómoda separación en capítulos gracias a una atractiva escritura pianística (grande Sun-Young Nam en las oscuridades afirmativas de la misma) y a una sección final rupturista y de un humor que lo emparenta con el quehacer de un Francesco Filidei. Música esta muy afrancesada, muy de la academia, que el grupo tocó con contagiosa efervescencia.
Ismael G. Cabral
(foto: Elvira Megías)