MADRID / Estupenda ‘Historia del soldado’ a la española
Madrid. Palacio del marqués de Salamanca. 6-V-2022. Stravinsky: La historia del soldado. XII Ciclo de conciertos de música contemporánea de la Fundación BBVA. Ernesto Alterio, actor/narrador. PluralEnsemble. Director: Fabián Panisello.
Hace ahora 105 años, Europa estaba en guerra y en Rusia comenzaba la guerra civil de la que surgiría la Unión Soviética. La Gran Guerra sobre la que Matilde Ras (1881-1969) escribió veintisiete cuentos en 1915, inspirados “en la desgracia y el heroísmo de Francia”. Justo en el mismo año en que Ras escribía esos cuentos, el pintor Jacques Emile Blanche (1861-1942) pintaba un retrato de un compositor que por aquel entonces tenía 33 años y cierto renombre: Igor Stravinsky (1882-1971). Ese retrato se encuentra hoy en el Museo de Orsay, en París.
En el verano de 1915, Stravinsky ya llevaba un año de exilio en Suiza, donde se había refugiado con su primera esposa, Katherine Nosenko, y cuatro hijos: Théodor, Ludmila, Soulima y la recién nacida María. Mantener una familia numerosa no era nada fácil. Las dificultades económicas llegaron poco a poco y esa fue una de las razones por las que, dos años más tarde, en 1917, compuso una obra maestra con un número de instrumentos reducido: un violín, un contrabajo, un trombón, una trompeta, un fagot, un clarinete y percusión. Nació así La historia del soldado y, con ella, el ensemble moderno. La idea partió de Stravinsky y del escritor suizo Charles Ferdinand Ramuz (1878-1947), quien escribió el texto en francés para ser narrado con la música. Ramuz y Stravinsky se basaron en El soldado y la muerte, un cuento ruso de Alexander Afanasyev (1826-1861). Aparte del narrador, hay una bailarina que representa al personaje de la princesa. Stravinsky consiguió que el empresario y filántropo Werner Reinhart financiase el proyecto y, de este modo, pudieron ir de gira por algunas localidades suizas, y ganar algún dinero con un número reducido de artistas. Stravinsky le dedicó la obra a Reinhart.
Y esta fue la obra que pudimos escuchar ayer en el Palacio del Marqués de Salamanca en Madrid. La versión que pudimos ver y escuchar fue Historia de un soldado en la edición J. & W. Chester de 1987. Los intérpretes: el PluralEnsemble y el actor Ernesto Alterio. No era la primera vez que actuaban juntos interpretando esta obra. El salón principal del palacio albergaba un público muy nutrido. Fabian Panisello, director artístico de PluralEnsemble, dirigió unas palabras al público antes de comenzar el concierto. Entre otras cosas, destacó que Stravinsky incorporó a esta obra bailes y ritmos que la convierten en una obra muy internacional, despojada del folclore ruso. Hay un tango argentino, un vals vienés, un ragtime estadounidense e, incluso, un pasodoble, el de la Marcha real, cuando el soldado conoce al rey y a la princesa. Panisello sugiere que la amistad de Stravinsky con Picasso, probablemente, fue lo que hizo que Stravinsky incorporase un pasodoble a la historia del soldado. Después de las palabras de Panisello comenzó la representación sin bailarina. Todo el peso escénico recayó en el actor Ernesto Alterio, quien no solo hacía de narrador, sino que también representaba a los demás personajes: el soldado, el diablo, el rey, la princesa, la vieja… “¡Ernesto es genial!”, dijo alguien del público al terminar el espectáculo musical.
Me llamó la atención la estupenda adaptación al español del texto de Ramuz. Ciertamente, resultó una historia muy española, incluso con un guiño que provocó la sonrisa y la risa: todos pudimos reconocer la imitación de la voz del rey emérito Juan Carlos cuando Alterio hacía de rey después de la Marcha Real. Por lo que uno ha podido indagar, no se trata de la traducción que el dramaturgo Javier Tomeo hizo para una coproducción del Auditorio Alfredo Kraus de las Palmas de Gran Canaria con el clarinetista Paquito d’Rivera, allá por febrero de 2002. Cuando terminó el concierto, se le preguntó a Panisello sobre la autoría del texto y tampoco pudo responder, porque él también había indagado y tampoco pudo dar con el nombre del autor. Reconoció que ellos habían retocado algunas partes del texto que encontraron. Si lo menciona uno aquí es porque, lo repetimos, la adaptación al español fue estupenda.
Ya hemos dicho que la actuación de Ernesto Alterio fue genial y nada fácil de hacer. En cuanto al PluralEnsemble, ¡qué puede uno decir! La calidad de este conjunto está más que demostrada en todo aquello que tocan e interpretan. Impecables durante las seis escenas en las que se divide La historia del soldado. Nos gustó mucho la sencillez del alarde virtuosista del trompetista César Asensi durante, por ejemplo, la Marcha real. Igualmente el violín de Ema Alexeeva en el Tango. El percusionista Jaime Fernández, ¡magnífico! —casi se le pasa dar un golpe con el bombo cuando Alterio tiraba un libro invisible al suelo, pero Jaime estuvo avispado y, si bien un pelín a destiempo, el golpe sonó.
“No se puede tener lo ganado y lo perdido”, dice hacia el final de la obra el narrador. Panisello logró una perfecta sincronización entre música y narración y el resultado fue que, al terminar la obra con la victoria del diablo y esos sonidos solitarios de la percusión, el público prorrumpió en un gran aplauso e inmediatamente menudearon esos ¡bravo! que los artistas agradecen tanto. Uno se queda con lo ganado ayer —una excelente y entretenida interpretación— y deja de lamentarse por quienes se la han perdido.
Michael Thallium