MADRID / Escuchar la pintura
Madrid. Fundación Juan March. Crumb, Metamorfosis.Feldman, Capilla Rothko. Alberto Rosado, piano, Coro de la Comunidad de Madrid. Directora: Mireia Barrera.
Cuatro conciertos con el título “Pintar la música, escuchar la pintura” propone la Fundación March, el primero de los cuales era el más moderno, atractivo y de más directo engarce entre pintura y música ya que en otros la relación es más difusa.
Dos grandes y sólidas obras americanas componían el programa. Metamorfosis de George Crumb (1929) presenta diez piezas sobre otros tantos cuadros, magníficamente proyectados durante la interpretación, de autores como Klee, van Gogh, Dalí, Chagall y otros maestros indiscutibles. Crumb los trata en parte evocativa, en parte descriptiva y en otras abstractamente en esa especie de (su)realismo mágico que él practica. Un piano extendido: normal, preparado, microfonizado, con toy piano y pequeña percusión o la voz del pianista, conquista terrenos tímbricos y expresivos tan insólitos como atractivos gracias a la versión absolutamente entregada, sensible y técnicamente perfecta de un asombroso Alberto Rosado.
Luego esa gran obra que es la Capilla Rothko de Morton Feldman (1927-1987) concebida para el espacio meditativo que el pintor llenara en Houston con catorce grandes lienzos minimalistas. Música impalpable, sensorial y mística, suspendida en el tiempo, que el Coro de la Comunidad de Madrid, dirigido por Mireia Barrera hizo de manera emocionante con acertados solos de Sandra Cotarelo y Teresa López y el apoyo instrumental excelente de Eva Martín, viola, Karina Azizova, celesta y Alfredo Anaya, percusión. La recreación del espacio de Rothko era imposible pues la proyección sólo puede ser parcial, pero sí obtener su traducción sonora con calidad y emoción pues la emoción profunda nunca está ausente de la música moderna cuando la obra es grande y la interpretación adecuada. En este caso, tanto la obra de Crumb como la de Feldman cobraban un gran valor expresivo que enlaza con las pintura aludidas pero que tiene su raíz en la música misma desde su concepción y a través de su desarrollo. Gran concierto con música de primera clase interpretada a la altura de lo mucho que exige.
Tomás Marco