MADRID / Ensoñadoras transcripciones instrumentales de ópera barroca francesa con El Gran Teatro del Mundo
Madrid. Teatro del Institut Français. 13-VI-2023. El Gran Teatro del Mundo. Julio Caballero, clave y dirección. La Vida es Sueño: obras de Lully, Charpentier, Desmarest, Campra, y Marais.
Tras su paso arrollador por la edición del FIAS de este año, vuelve a Madrid esta joven formación del Gran Teatro del mundo con ocasión de la presentación de su segundo disco, La vida es sueño, un acto que en realidad consistió en un concierto espléndido con el programa prácticamente completo de esa grabación, con un repertorio absolutamente delicioso. Vaya usted a saber por qué razón, pero el hecho es que en Madrid —y en España en general— se programa en muy pocas ocasiones música barroca francesa, a pesar de su especial encanto y sutileza: el excelente conjunto portugués Ludovice Ensemble de Miguel Jaloto hace no tanto, alguna que otra lección de tinieblas, algo de clave o viola da gamba, alguna suite orquestal dentro de un programa variado (Savall) y pare usted de contar.
La música barroca francesa de la época del Rey Sol es extremadamente bella, con su acusada personalidad, sus delicados colores, su métrica y ritmos desiguales, la sutilidad de su entonación, la ornamentación exuberante, su bajo diapasón —para que nadie “grite”—, y el refinamiento de su estilo recitado vocal. Y aunque a menudo parece un coto cerrado y exclusivo para las formaciones francesas, nos encontramos con la excelencia de este joven conjunto con un fuerte componente español, bajo la dirección artística de Julio Caballero, que la interpreta de manera brillante, plenamente en estilo y con una riqueza ornamental, con unas articulaciones y entonaciones bellísimas y una sutilidad musical fuera de serie.
Con una plantilla que para el concierto solo mantenía a dos de los efectivos de sus dos discos, el clavecinista y director del grupo, Julio Caballero, y la excelente oboísta Miriam Jorde, este joven grupo nos ofreció un programa absolutamente delicioso construido alrededor de cinco sueños, que se materializaron en sus respectivos bloques musicales, y el amanecer de La Aurora final. Para construir este trabajado programa, han realizado una serie de transcripciones con un gusto exquisito a partir de piezas originalmente vocales —y alguna instrumental— escogidas con esmero del mundo de la tragédie lyrique, la tragédie en musique, la ópera-ballet y otros géneros, y han escogido piezas con temática relacionada con los sueños, la noche, el ambiente de las sombras o las furias infernales, con una selección de obras de Lully (Roland, Armide, Atys, Amadis o Proserpine), de la hermosa Médée de Charpentier, de Circé de Desmarest, L’Europe Galante de André Campra, o de Sémélé y Alcyone de Marin Marais.
Toda esa adaptación de la vocalidad operística a los instrumentos fue ejecutada con brillantez y delicadeza, con instrumentos en solitario, agrupados por parejas o en diversas combinaciones, junto al bajo continuo. Podemos mencionar el caso del oboe de Miriam Jorde, con la impresionante cualidad de la voz humana que dio a su instrumento en Noires filles du Styx de Médée, o en otras donde pudimos disfrutar del delicioso sonido de su taille de hautbois, un precioso oboe tenor con un color impactante; o con el traverso delicado de Pablo Sosa (que sustituía a las habituales flautas de pico de Michael Form en los discos); o con ambos intérpretes en unos casi unísonos bellamente interpretados. También pudimos disfrutar del primer violín de Alice Julien-Laferrière, que tocó con poética delicadeza sus piezas con una impecable ornamentación francesa, o a ella junto al otro violinista, Andrés Murillo, cuya manera de sujetar el violín, apenas apoyado en su hombro, es de gran rigor histórico. En otras piezas, pudimos apreciar algunas intervenciones protagonistas del violagambista Martin Jantzen, el tiorbista Jonas Nordberg y el propio Julio Caballero al clave, que tuvieron sus momentos de protagonismo vocal, más allá de su excelente continuo.
Julio Caballero nos deleitó con alguna pieza para clave solo, como el arreglo de D’Anglebert del Sueño de Orlando de la Armide de Lully, y también Nordberg hizo su propia versión para tiorba de Par le decours d’une douce harmonie del Roland. No faltaron momentos esperados como Le sommeil de Atys y los aires para los sueños funestos, o una magnifica versión de la tempestad de Alcyone, tras un bello Quels son charmants y la sinfonía para el sueño que la precedía. Tras el quinto sueño llegó la Aurora con un arreglo de la Suite en Re mayor de las Piezas en trío de 1692 de Marin Marais.
El director explicó el programa a comienzo del concierto con bastante detalle y nos sorprendió extra musicalmente en varios momentos, especialmente con un excelente recitado del famoso monólogo de La Vida es Sueño de Calderón de la Barca. Esta formación dará que hablar, es un conjunto con un sentido muy brillante de la interpretación y un entusiasmo envidiable, no en vano cuentan con el apoyo de la cooperación europea eeemerging para grupos de música antigua y ya ha recibido algunas distinciones, lo que por su calidad y excelencia no es de extrañar.
Manuel de Lara
(foto: Javier de Noriega)