MADRID / Cuatro cuerdas y una voz
Madrid. Auditorio Nacional (Sala de cámara). 5-IV-2022. Ciclo Liceo de Cámara. Konstantin Krimmel, barítono. Cuarteto Cosmos. Obras de Schubert, Ravel y Schoeck.
El Cuarteto nº 10 op. 87 no es uno de los memorables ejemplos en el catálogo de Schubert. Magro de ideas y con desarrollos rutinarios, se queda en mero ejercicio laboral. El Cuarteto Cosmos lo trató con la debida platitud. Otra cosa ocurrió con Ravel. La obra es una cesta de ideas y una entrega exquisitamente armónica a la miniatura melódica del impresionismo francés. Aquí el Cosmos se dio entero y mostró su calidad de equipo y su excelencia tímbrica. Con todo, es de notar cierto desequilibrio entre la viola y el violonchelo, que tienen una presencia sonora notablemente superior a sus compañeros violinistas.
El menú se completó con Notturno de Othmar Schoeck, que data de 1931-1933. Es una suerte de cantata para barítono y cuarteto sobre poemas de Gottfried Keller. El eco de Noche transfigurada del joven Schoenberg es notorio. La escritura rigurosa y cuidada no consigue mejorar la chatura académica y la escasez de ideas. Para el caso, el barítono Krimmel mostró su excelencia: una bella voz de barítono lírico, una musicalidad destilada y, en especial, una declamación sensible y aplicada, a partir de una dicción impecable y una fraseo inteligente y estricto.
Blas Matamoro