MADRID / Corselli refulge en manos de Xavier Sabata y Vespres d’Arnadí
Madrid. Palacio Real (Capilla). 17-VI-2022. Temporada Musical de Patrimonio Nacional 2022. Xavier Sabata, contratenor. Vespres d’Arnadí. Director y clave: Dani Espasa. Obras de Corselli y Baset.
Hasta hace más o menos dos décadas, Francesco Corselli era un nombre perdido en el desván de la música. Su recuperación fue posible gracias a un musicólogo norteamericano que se había afincada en Madrid, Grover Wilkins, quien realizó un par de grabaciones que incluían obras del compositor placentino. Una, con la Orquesta Sinfónica y el Coro de Radio Televisión Española; otra, con Madrid Barocco, formación que, pese a lo que su nombre parece indicar, no era española sino norteamericana, vinculada con Madrid, eso sí, pero no con el de aquí, sino con el de allí (Estado de Nueva York).
Sucede que, para la segunda grabación, Wilkins, aprovechando que estaba en España, se nutrió de una veintena de músicos de aquí, de los pocos que por esos años estaban especializados en la interpretación históricamente documentada. La cosa acabó mal. Tan mal que todos esos músicos, con el violinista Emilio Moreno a la cabeza, decidieron crear su propia orquesta: El Concierto Español. Y ahí viene la segunda parte de esta historia, porque lo primero que hizo El Concierto Español fue ofrecer un programa en el Festival de Música Antigua de Aranjuez (octubre de 2000) con música de Corselli, junto a una joven soprano llamada Núria Rial. Y lo segundo, grabarlo para el sello Glossa. Resultó tan espectacular aquel CD, que, por fin, Corselli consiguió situarse en el mapa.
Incluir hoy el nombre de Corselli en un programa de concierto es garantía de éxito. Su música nunca defrauda. Normal, pues estamos hablando de uno de los compositores más importantes que hubo en la España del siglo XVIII. Destacó tanto como autor para el teatro como para la iglesia. Fue maestro de la Real Capilla durante más de treinta años. De ese periodo se conservan aproximadamente quinientas composiciones, buen parte de ellas depositadas en el archivo del Palacio Real de Madrid.
El contratenor Xavier Sabata y Vespres d’Arnadí han estrenado en tiempos modernos, en la capilla del mencionado palacio, varias obras sacras de Corselli compuestas en su día para un castrato de que hasta hace bien poco nada se sabía: Joseph (o José, o Giuseppe) Gallicani (o Galicani), que trabajó en la Capilla Real después de haberse dedicado en su Italia natal a la ópera con, al parecer, notable éxito. Se trata de una cantada de Reyes (Noble antorcha luciente), una cantada al Santísimo (De la brillante playa), una Ave Regina y una Regina Caeli, todas ellas datadas en 1750, salvo De la brillante playa, que es tres años anterior. Junto a estas gemas de Corselli, la formación que dirige el clavecinista Dani Espasa interpretó un par de piezas de Vicente Baset, valenciano asentado en Madrid del que apenas se sabe que fue violinista en el Teatro del Buen Retiro y del que solo se han conservado un juego de sinfonías instrumentales.
Sabata fue un traductor idóneo en esta velada conmemorativa, marcada por un calor sofocante. El cantante catalán se sintió cómodo en todo momento en el papel de Gallicani, especialmente en la bellísima antífona Regina Caeli y en la cantada De la brillante playa que cerraba el programa (cuya primera aria, un andante que evoca el movimiento de las olas, es de una deslumbrante belleza), secundado de forma cabal por una formación reducida en cuanto a elementos (los violines de Sylvan James y Ricard Renart, la viola de Núria Pujolràs, el violonchelo de Oriol Aymat, el contrabajo de Mario Lisarde y la tiorba —guitarra, en las piezas de Baset— de Carles Blanch), pero de sonido rutilante y rotundo, como es norma de la casa tratándose de Vespres d’Arnadì.
El broche de oro, ya fuera programa, lo puso Sabata con una sentidísima lectura del aria L’Innocenza paccando perdeste, del oratorio Cain, overo Il primo omicidio de Alessandro Scarlatti.
Eduardo Torrico