MADRID / ‘Alicia’: un coro con ritual
Madrid. Teatro de La Abadía. 18-II-2022. Alicia. Dirección y creación: Mar Aguiló, Kike García, Eduardo Rivero y Manuel Rodríguez. Vortex Proyecto. Compañía El Amor. Música: Aire (con el Coro Joven de la Orquesta Filarmonía).
Desde 2007 Mar Aguiló ha sido bailarina de la Compañía Nacional de Danza, apareciendo en multitud de roles dentro de los estilos que se manejan en la Compañía Nacional de Danza (CND). Desde hace un tiempo también, a título personal, despliega su parte creativa y ha estrenado varios productos escénicos, siendo este último quizás el más comprometido y ambicioso. Se trata de una obra que pone en escena un coro de dieciocho voces y tres bailarines, en una acción ritualizada más encaminada a establecer una escena de sensaciones que una narrativa en sí.
La atmósfera de la sala del Teatro de La Abadía es muy particular y, en este caso, apropiada a la idea de Alicia, pues antes este sitio fue iglesia, con su espacio absidial y altar, ahora escenario, cúpula oval, hornacinas que se vuelven escenografía misteriosa y neogótica y una disposición del público que lo acerca a los artistas.
La primera sección que podemos llamar de exposición no cumple las funciones de prólogo dramático o introducción. Es lenta, silenciosa y extenuante en su monotonía, lo que perjudica la disposición del espectador para lo de después.
Mar Aguiló aporta su madurez y concentración, su físico armónico y un convincente movimiento escénico; no así los otros dos intérpretes, titubeantes y como perdidos en la umbrosa atmósfera de introspección y búsqueda. No es el crítico quien debe decir lo que se debe hacer en escena, pero puede especularse cómo sería esta pieza como un solo de la bailarina, dando rienda suelta a sus posibilidades. El trío con distancias se diluye y no llega lejos. La música, por su parte, es efectiva, cumple su papel, se integra y transporta al espectador hacia ese camino de búsqueda interior.
Roger Salas