MADRID / ‘A pell de brau’, en el XIII Festival de Conjuntos
Madrid. Teatros del Canal (Sala verde). 4-XII-2022. Grup Instrumental de Valencia. Director: Joan Cerveró. Obras de Santcovsky, Alsina, Colomina, Romero y Arias.
La decimotercera edición del Festival de Conjuntos que organiza anualmente el Plural Ensemble ha concluido esta vez en la Sala Verde de los Teatros del Canal con un excelente concierto a cargo del Grup Instrumental de Valencia, una veterana agrupación que, con treinta años largos de existencia y el Premio Nacional de Interpretación, tiene las máxima garantías de calidad y está dirigido por alguien tan fiable y conocedor como Joan Cerveró.
Presentaban un programa titulado A pell de brau (La piel de toro), que es el título de un célebre poema de Salvador Espriu (y, tal vez, la mejor composición musical de Narcís Bonet) y alude a la península ibérica. Oportuno, puesto que mostraba obras de autores de diversas procedencias geográficas, en muchos casos residente fuera de España, y no demasiado conocidos. La base instrumental era en este caso el llamado ‘conjunto Pierrot’ (flauta, clarinete, violín, violonchelo y piano), para el que se han escrito centenares de obras en todo el mundo.
Un denominador común en todos ellos era un excelente oficio y el deseo que indagar en los nuevos (ya no tan nuevos) procedimientos instrumentales y lograr una música internacional unificada en la que intentan su voz individual. Incluso abundan los títulos en inglés —hace unos años eran en alemán y más lejos en el tiempo en francés— y una inmersión en un lenguaje muy centroeuropeo, pues no había aquí ningún atisbo americano, que acaba siendo equivalente a lo que Adolfo Salazar llamaba con sorna ‘estilo Mitropa’.
El barcelonés Fabià Santcovsky (1989) con Aeólicas y Esfingeas presentaba una obra de tenues sonoridades que emergen del silencio y dosifican hábilmente sonido y ruido en un continuo poético. Y la gerundense Ariadna Alsina (1980) procede a la inversa en Au fil du un (Sense seguici d’ombra), caminando desde la sonoridad modificada instrumental hacia el fundirse con los tenues reflejos cercanos a la extinción. Dos obras complementarias que muestran temperamentos diferentes, pero con lenguajes convergentes.
Bastante diversa era la obra del valenciano Oscar Colomina (1977) Tres nocturnos escritos para trío clásico (respectivamente Crime, Rotting Wood and Damaged Iron y Through the Wound). Aquí hay una búsqueda que, sin renunciar a una gran solidez estructural, indaga en lo expresivo, yo diría que incluso en el deterioro y el dolor, para ofrecer una visión nada convencional y sí muy propia.
El espíritu de las dos primeras obras retornaba en las dos últimas con la búsqueda instrumental y el lenguaje internacional, aunque también eran distintas y con su parcela de personalidad. La mallorquina Lula Romero (1976) con Autonomous realities a la búsqueda de una cierta nueva objetividad actualizada y la bilbaína Helga Arias (1984) con A Common Sense of Self que cerraba un poco el círculo de aspiraciones instrumentales que el concierto, muy sabiamente programado por cierto, presentaba.
El Grup Instrumental de Valencia mostró su alta calidad y su capacidad para enfrentarse a las nuevas músicas y Joan Cerveró lo dirigió con tanta solvencia como sabiduría. Un programa excelente, tan arriesgado como eficaz, que por una vez no era excesivamente largo y que mostraba a un grupo de compositores que valía la pena difundir.
Tomás Marco