Lothar Koenigs, director de orquesta y repartidor de comida a domicilio

Desde el 9 de marzo de 2020 sólo ha vuelto a dirigir en una ocasión. Fue en Bruselas, en el pasado otoño. La pandemia también afecta a carreras bien asentadas como la del director de orquesta alemán Lothar Koenigs, quien ha trabajado en escenarios tan prestigiosos como las óperas de Viena, Milán, Dresde, Hamburgo, Roma o Nueva York.
Pero el que podría ser uno de los tantos ejemplos de los estragos laborales provocados por el coronavirus en el mundo musical, se ha convertido en una historia de superación y de reencuentro con uno mismo. Lo ha relatado el propio Koenigs en una entrevista concedida a la radio hr-INFO.
A sus 56 años, y después de ver cancelados todos sus compromisos, Koenigs se preguntó qué podía hacer para ser útil a la sociedad. Su primer empleo fue un minitrabajo en el municipio de Oberursel como rider para la Arbeiterwohlfahrt (AWO), una asociación que asiste a personas socialmente desfavorecidas, sobre todo con discapacidad y mayores. La experiencia de aquellos meses, según cuenta Koenigs, le abrió los ojos y le puso en contacto con una realidad que no conocía: “Como director de orquesta, siempre estás en los teatros o en los aeropuertos, fue como volver a las raíces”.
Desde finales de enero, Koenigs está inmerso en los ensayos de Ariane et Barbe-Bleue de Dukas en la Ópera de Lyon, cuyo estreno está previsto para el 13 de marzo. En cualquier caso, si la crisis se prolongara, el director alemán afirma que no tendrá el menor inconveniente en retomar su actividad como repartidor de comida: “Por muy terrible que sea no dirigir y por muy terrible que sea perder un compromiso tras otro, estas personas que conoces allí están en situaciones completamente diferentes”. Y añade: “Llevarles comida me ha ayudado mucho a no volver a caer en este agujero interminable”.