Las tres caras de Stanislaw Moniuszko
MONIUSZKO: Las mejores grabaciones del siglo XX. Canciones para el hogar, Arias y conjuntos, Oberturas. Varios solistas y conjuntos. Anaklasis Heritage, ANA 006. 3 CD.
MONIUSZKO: Libro de canciones. Agata Zubel, voz. Andrzej Bauer, violonchelo. Cezary Duchnowski, arreglos electrónicos. Anaklasis Revisions, ANA OO9. 1 CD.
MONIUSZKO: Flis (El balsero), ópera en un acto. Andrzej Hiolski, Bernard Ladysz, Antoni Majak, Zdzislaw Nikodem, Bogdan Paptrocki, Halina Slonicka. Orquesta y Coro de la Filarmónica Nacional, Varsovia. Director: Zdzislaw Górzynski. Anaklasis Heritage, ANA 005. 1 CD.
La colección de grabaciones del sello polaco Anaklasis toma su título de una de las obras más importantes y sin embargo más contenidas y breves de la producción de Penderecki. Esta colección contiene todo tipo de registros de música polaca. Esto es, históricos por la lejanía de las fechas de grabación y la categoría de los artistas que estuvieron implicados en cada momento. Mas también los registros no demasiado lejanos pero hoy inencontrables o que no tuvieron la merecida repercusión que por sus contenidos que esperaba. Y, en fin, las grabaciones recientes.
Tal vez es por eso que el sello Anaklasis se subdivide en colecciones. Aventuramos el sentido de estas colecciones o subsellos por lo que nos proponen estos álbumes:
Heritage. Aquí están las grabaciones históricas. En este escrito de hoy nos referimos más abajo a dos álbumes “Heritage” con música de Moniuszko.
Portraits. Retratos, en efecto. De compositores. Dos ejemplos extraordinarios los reseñamos en un próximo número de Scherzo.
Sounds. Recitales de compositores diferentes y de distintas épocas y generaciones. La propuesta sonora es precisamente el recital, sin carácter monográfico, pero con una estética común.
Revisions. Nuevas versiones con sonidos que no existían en época de los compositores “revisados”. La electrónica cobra especial interés y presencia en estos registros.
El sello se presenta con una avalancha de lanzamientos que abrumará a cualquiera que se dedique a la información, y más a la información crítica. Es complicado informar cuando, al abrir uno de los CD, te encuentras de manera casi sistemática ante la excelencia. Reseñamos en la revistas del número de Scherzo de octubre algunos CD de este sello y sus subsellos, por decirlo así. Entre las presencias, destacamos de momento estos tres álbumes dedicados a Moniuszko. Uno de ellos es triple.
El álbum triple de Moniuszko esconde, claro está, pequeños tesoros. El primer tesoro es breve, un CD que no llega a media hora, pero que incluye un hermoso recital con canciones del ciclo Śpiewnik domowy, canciones para el hogar, registros de 1956 en las voces de la soprano Maria Juninska y el barítono Andrzej Hiolski, acompañados al piano por Jerzy Lefeld y Sergiusz Nadgryzowski. Es el disco más breve, sí, pero también el más entrañable. Hay algo mágico en esos viejos registros que no suenan mal, pese al descuido de las calidades de grabación de aquellos países y aquella época. Uno pretende oír el rumor sutil de la estructura recién reconstruida de la Filharmonia Narodowa.
El CD de oberturas nos muestra al Moniuszko sinfónico, y nos deja con ganas de que aquello continúe, pero no se trata más que de una iniciación al mundo sonoro del compositor. El operístico se da en esta entrega con Flis, ópera de la que trataremos ahora mismo. Pero el recital de arias y conjuntos, generoso y de gran altura en cuanto a voces, compensará muchos anhelos. Algunos de los números más bellos de Strasny dwór (La mansión encantada), Halka y Flis recorren este Cd tomado de registros completos como el que cometamos a continuación. Las sopranos Antonina Kawecka, Barbara Kostrzewska y Halina Slonicka (de la que daremos más detalle), los tenores Bogdan Paprocki y Waclaw Domieniecki, el barítono Marian Wozniczko, el bajo Bernard Ladysz, con directores como Jerzy Semkow, fallecido hace seis años, o Walerian Bierjiajew, que forma parte de la historia de la dirección en Polonia (murió en en 1956).
Interés especial tiene este registro antiguo de Flis (El balsero), ópera de menos de una hora de duración -incluida una obertura de nueve minutos- que el propio Moniuszko estrenó en septiembre de 1858, cuando ya era el compositor de esa joya que es Halka. No se asombrarán los aficionados que no conozcan esta ópera si a veces esa música les suena a Verdi o a los del Puñado de San Petersburgo (más a Rimski que a cualquier otro). El Vístula es protagonista de Flis, como el Volga lo es de Kat’a Kabanová. Pero el sentido es distinto. Moniuszko compone para un público en formación, un pueblo y una inteligencia sometidos a una potencia extranjera (a tres, en rigor, pero la austriaca era menos dolorosa que la rusa). La secuencia de cantos del coro, de arias, de conjuntos forman una belle lectura de una ópera que ha merecido hace pocos años un registro de excelente sonido (1) Pero este registro de 1962 revive para demostrar la capacidad de los artistas polacos en tiempos difíciles. Hay que admirar este breve reparto, hay que admirar la voz y la construcción del delicado personaje de Zosia por parte de Halina Slonicka, espléndida cantante que falleció en el año 2000 sin llegar a cumplir los setenta años. Pero todo el reparto (ver la ficha) es excelente en un registro que llega con la pátina de los años mas también con la frescura de la verdad artística de su tiempo, casi sesenta años después.
Cambiamos por completo de tercio, ya que no de compositor, con el disco E-Spiewnik. Y, ya dentro, pasamos de un Moniuszko en casa de Philip Glass a otro ubicado en la cultura pop. La electrónica hace milagros, algunos benéficos. El álbum E-Siewnik convierte una selección de las Canciones para el hogar en un relato urbano cantado. Una urbe que encierra enigmas, sugerencias, clandestinidades. La base diatónica se expande en reverberaciones, ampliación de voces, hallazgos de células como bajos continuos de un cruzamiento: pop y clásica íntima. La voz de Agata Zubel insinua el Kabaret, pero no es eso. El violonchelo de Bauer acompaña, y roza un paisaje sobre el que la voz a veces descansa y para el que la electrónica de Cezary Duchnowski fabrica un ámbito en que residir (sí, a la manera de aquel Espejo en que vivir de Elliot Carter; la manera, no la letra). Choca este bello CD que roza lo pop y lo acaricia sin ascos frente a los dos álbumes, que son historia en un doble sentido: como grabación, esto es, como Heritage; y como obra histórica, la de Moniuszko. Pero este CD es del subsello Revisions, y cumple como tal su función con excelencia, enfrentar un creación sonora clásica o romántica con unos sonidos urbanos y electrónicos de ahora misma. Es una pequeña obra de arte, apenas 50 minutos.
Santiago Martín Bermúdez
(1) Boguslav Dizdinski, Iwona Socha. Chór Opery na Zamku. Orkiestra Opery na Zambu. Dire.: Varcislaw Kunc. Dux, 2009.
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