Las canciones orquestales de Massenet, inmejorablemente servidas

MASSENET:
Canciones con orquesta. Nicole Car, Jodie Devos, Véronique Gens y Chantal Saton Jeffery, sopranos. Cyrille Dubois, tenor. Étienne Dupuis, barítono. Orquesta de Cámara de París. Director: Hervé Niquet. (1 CD)

Este Jules Massenet, al que tanto respetaba —y quizá hasta envidiaba— Claude Debussy no fue solo el autor de unas cuantas óperas memorables que se mantienen en cartel —otras, entre las suyas, aún mejores, como Cendrillon o Chérubin, lo tienen más difícil— sino, también, de un buen número de canciones a las que sus compañeras de catálogo en forma de romanzas han eclipsado. Las razones para esa preterición van desde el contexto estético en que se producen —ese último tercio del XIX francés al que Chausson, Fauré o Debussy otorgarán su definitivo marchamo melódico— hasta la mayor o menor dificultad del oyente para ponerse, sin una cierta mala conciencia, en sintonía con un mundo a la vez exquisito y burgués. A lo primero cabe aducir que Massenet aguanta muy bien el tipo frente a los cabezas de cartel —él lo es también— y, a lo segundo, que solo se vive una vez. Por eso sería un sacrificio inútil no dejarse seducir por el cúmulo de bellezas que ofrece este disco —primera grabación mundial de casi todo su contenido— con sus canciones con acompañamiento orquestal, generalmente muy leve, nada denso, muy sutil siempre, al servicio de textos tan dispares como los de San Bernardo de Clairvaux, Armand Silvestre, Jean Roux o el propio compositor. Como Massenet era un orquestador excepcional, el resultado con respecto a un recital acompañado al piano aumenta en la misma medida.

Así, pues, quien quiera acceder a este repertorio tan hermoso, en realidad hoy tan al margen por tan de su momento y tan de su autor, tiene aquí una pequeña joya que llega, además, con la maravillosa presentación de todos los productos de Palazzetto Bru Zane, esa admirable institución que ya nos gustaría entre nosotros. Acerca de la interpretación de tan fascinante programa, basta ver la ficha del disco para comprobar que se acerca a lo insuperable.

Luis Suñén

(Crítica publicada en el nº 387de Scherzo, de septiembre de 2022)