La ‘Sinfonía de la Cuarentena’ de… Chaikovski
ALEXANDER CHAIKOVSKI:
Sinfonía n. 7 ‘Quarantine Symphony’; Sinfonía n.3. Siberian Symphony Orchestra. Dimitri Vasiliev. Toccata Classics
He de confesar que tenía serios reparos a la hora de escuchar, y más aún de reseñar, una sinfonía cuyo propósito es describir nuestra situación actual. Todos conocemos ya los efectos que esta pandemia está provocando en nuestras vidas, y no olvidamos tampoco las vidas que se ha llevado. La música tiene limitaciones a la hora de transmitir esas pérdidas de forma abstracta. Antes que nada, uno tiene la sensación de que no debería intentarlo.
Pero si uno es un compositor de nombre Chaikovski, hará falta algo más que una crisis de salud pública para dejar de relacionarse con un acontecimiento histórico, ya sea Napoleón o el cólera. Alexander Chaikovski, que este mes cumple 75 años, es sobrino del prolífico compositor de la era soviética Boris Chaikovski, alumno de Shostakovich. Alexander escribe música tonal en una vena familiar rusa, pero con evidentes influencias de Hindemith y Schoenberg y un don individual para la expresión dramática.
La Sinfonía ‘Cuarentena’, numerada como opus 139, es la séptima de su producción. Chaikovski la completó en mayo de 2020 y está escrita para cuerdas, percusión y piano.
Mis inquietudes acerca de la elección del tema se confirmaron rápidamente en el primer movimiento, que alterna lo lúgubre y lo ampuloso en un estilo que recuerda al último Shostakovich. El segundo movimiento, sin embargo, es a la vez eficaz y evocador, escarbando bajo la epidermis de los clichés para suscitar una respuesta sutil y sin palabras a la penosa circunstancia que estamos viviendo.
Oigo reminiscencias del Treno por las víctimas de Hiroshima de Penderecki y del War Requiem de Britten, pero la obra es realmente sui generis y pide a gritos una escucha en directo en una sala de conciertos, cuando se vuelva a abrir alguno de esos edificios.
Toccata Classics, un sello británico que no recibe ni un céntimo de subvención pública, merece un gran aplauso por sacar a la luz nuevas sinfonías tan vitales e importantes. La otra obra incluida en el disco es la Tercera Sinfonía del mismo autor, fechada entre 1995 y 2002. En las circunstancias actuales resulta menos relevante y volveré sobre ella en otra ocasión. La Orquesta Sinfónica de Siberia, con su director Dmitry Vasiliev, ofrece excelentes lecturas de ambas piezas.
Norman Lebrecht