La Pasión según Rademann
BACH:
Pasión según San Mateo. Gaechinger Cantorey. Director: Hans-Christoph Rademan. ACCENTUS 30535 (2 CD)
Helmuth Rilling creó en 1954 los Gaechinger Cantorey, conjuntos vocal e instrumental consagrados a la interpretación de la música de Johann Sebastian, sobre todo a raíz de la fundación del Bach-Collegium Stuttgart y, más aún, la de la Internationale Bachakademie Stuttgart, en 1981, bajo cuya tutela quedaron los Gaechinger. Desde 2016, el director de estas formaciones es Hans-Christoph Rademann, quien les dado un giro de 180 grados. Atrás, muy atrás, quedan aquellas anodinas e insustanciales seis décadas de Rilling, porque a Rademann no le ha hecho falta demasiado tiempo para convertir a los Gaechinger en todo un referente de la música del Kantor. Así lo atestiguan las grabaciones aparecidas en los últimos cinco años: el Oratorio de Navidad, la cuarta versión de la Pasión según San Juan y un par de discos de cantatas.
Le toca ahora el turno a una de las más grandes obras de la historia: la Pasión según San Mateo, grabada durante el mes de noviembre de 2020 (la verdad es que se han dado prisa en editarla y publicarla). Rademann emplea dos coros independientes con trece cantantes cada uno (4/3/3/3), y dos nutridas orquestas con parejo número de instrumentistas. Como concertinos de cada orquesta figuran Nadja Zwiener (lideresa de The English Concert) y el emergente Jonas Zschenderlein (4 Times Baroque, además de otras formaciones de nuevo cuño).
No busquen nombres de relumbrón en el elenco vocal, salvo el del veterano bajo británico Peter Harvey (Voz de Cristo) y el del bajo croata Kresimir Strazanac (arias y Pilatos), habitual colaborador del Collegium Vocale Gent y del Collegium 1704. Los cantantes, hasta un total de quince, son los propios coristas (siguiendo la tradición bachiana), con el tenor Patrick Grahl como Evangelista, el bajo Florian Schmitt como Judas y el bajo Andrey Akhmekov como Pedro. La soprano española Lore Agustí asume el rol de Segunda sirvienta.
La soprano Schicketanz y, sobre todo, la mezzosoprano Marie Henriette Reinhold están realmente espléndidas. Reinhold sorprende ya en su primera intervención, el aria Buss und Reu, la cual canta con una absoluta y conmovedora delicadeza, y alcanza algo parecido al nirvana en Erbarme dich y, sobre todo, en Können Tränen meiner Wangen. Schicketanz aborda con seguridad todas sus intervenciones y muestra la belleza voz en Ich will dir mein Herze schenken. El tenor Benedikt Kristjánsson canta con dulzura el aria —con acompañamiento de coro— Ich will bei meinen Jesu wachen. Espléndido Strazanac en Gebt mir meinen Jesum wieder y en el aria con viola da gamba obligada Komm, süsses Kreuz, pero sobre todo en la implorante Mache dich, mein Herze, rein.
Orquesta y coro, bajo la precisa dirección de Rademann (no lo olvidemos: uno de los grandes expertos mundiales en la música del Kantor), ofrecen unas altísimas prestaciones. Estamos, en suma, ante una redonda Pasión según San Mateo.