La Orquesta Barroca de Badajoz recupera la zarzuela ‘Apolo y Dafne’ de Sebastián Durón y Juan de Navas

El próximo día 12 de diciembre, en el Teatro Nuevo Calderón de Montijo (Badajoz), tendrá lugar la primera interpretación europea en tiempos modernos de la zarzuela barroca Apolo y Dafne, compuesta en 1706 al alimón por Sebastián Durón y Juan de Navas. Es una iniciativa de la Orquesta Barroca de Badajoz y de su director, Santiago Pereira, en un proyecto ilusionante, participativo e integrador, en el que se cuenta con la colaboración de la Diputación Provincial de Badajoz, el Ayuntamiento de Montijo, el Conservatorio Superior de Música Bonifacio Gil de Badajoz, los conservatorios de Montijo y Almendralejo, la Escuela de Música de Villafranca de los Barros y la Escuela de Canto de Badajoz. El coro participativo ha sido seleccionado de entre los mencionados centros de enseñanza musical y los solistas serán el tenor Daniel Izquierdo, las sopranos Sara Garvín, Begoña Alba, Patricia Santos, Alexandra Martín y Sandra López, y el barítono José Miguel Torres. Será prácticamente una versión de concierto, aunque con dramaturgia diseñada por María Jesús Delgado Lope y la producción de Josep Martínez Reinoso.
Santiago Pereira se ha basado en la edición moderna de esta zarzuela (que tuvo en estreno parcial en Estados Unidos hace unos años) realizada por Ars Hispana, pero con numerosas correcciones, cortes y aportaciones personales de Pereira. Esta zarzuela, cuyo manuscrito se preserva en la Biblioteca Nacional de Madrid, fue compuesta en 1706. La primera jornada es obra de Sebastián Durón, mientras que la segunda jornada fue escrita por Juan de Navas. Representada en plena Guerra de Sucesión Española, el argumento plantea un paralelismo entre la disputa por la ninfa Dafne entre Apolo y Cupido y el conflicto por la corona hispánica entre Felipe de Anjou y el archiduque Carlos de Austria. Es interesante señalar que Durón compone esta zarzuela de tan claro matiz político cuando aún se adhería a la causa de Felipe V, al menos nominalmente, y antes de su abierta toma de partido unos años más tarde por el pretendiente austríaco, lo que a la postre le valdría la pérdida de su cargo en la Real Capilla y el exilio y muerte en Francia.