La ópera de cámara a debate
La ópera siempre nos evoca una imagen de grandeza: una orquesta sinfónica, un escenario de grandes dimensiones, un coro nutrido y centenares de espectadores, todo reunido en un teatro de aire monumental. Esta visión, que tiene en el repertorio canónico del siglo XIX su máxima expresión, transmite sin embargo una cierta distorsión, en tanto que margina y olvida a la ópera de cámara. En efecto, la historia del teatro musical demuestra que, desde sus mismos orígenes barrocos, las obras concebidas para espacios íntimos de dimensiones reducidas, plantillas pequeñas y espíritu recogido cautivó la creación de grandes compositores de todos los tiempos. Pese a ello, apenas tienen hoy, extrañamente, presencia en nuestras programaciones.
Tomando como pretexto la recuperación en tiempos modernos de la ópera de salón Il finto sordo de Manuel García (1775-1831), en una nueva producción de la Fundación Juan March, el Teatro de la Zarzuela y la ABAO, las siguientes páginas analizan las características identitarias y las particularidades escénicas de este género teatral camerístico de tanto potencial emotivo para el espectador, todavía a la espera de ser descubierto.
Miguel Ángel Marín
Coordinador del dosier
Este dosier se compone de los siguientes artículos:
– ¿Qué es la ópera de cámara?: una mirada desde la historia. Por Miguel Ángel Marín y Alberto Hernández Mateos
– La escena europea hoy: una panorámica. Por Josep Martínez Reinoso
– Elogio de la cercanía. Por Tomás Muñoz
– Un caso singular: las óperas de salón de Manuel García. Por James Radomski y Teresa Radomski
(Dosier publicado en el nº 351 de Scherzo, de mayo de 2019)