LA CORUÑA / Altstaedt y Morlot: entrega y oficio

La Coruña. Palacio de la Ópera. 3-II-2023. Orquesta Sinfónica de Galicia. Nicolas Altstaedt, violonchelo. Director: Ludovic Morlot. Obras de Berlioz, Dutilleux y Dvorák.

Ludovic Morlot (Lyon, 1973) es maestro de exitosa carrera internacional, invitado en los mejores podios y titular de la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña. Sobre el papel, pues, no era de esperar el decepcionante resultado de su aparición al frente de la Sinfónica de Galicia con un programa que presentaba el principal atractivo de Tout un monde lointain, el espléndido concierto que escribiera Henri Dutilleux para Mstislav Rostropovich con el pretexto de algunos versos de Las flores del mal de Baudelaire.

Y ahí estuvo lo mejor de la sesión, lo único verdaderamente bueno de la misma: la magnífica prestación solista de un Nicolas Altstaedt (Heidelberg, 1982) que ha crecido enormemente en los últimos años —recordemos cuando obtuvo un ICMA en 2013— hasta convertirse en uno de los más interesantes violonchelistas del momento presente. Su versión fue honda, interiorizada, uniendo música y poesía, con tensión y cuidado al mismo tiempo a través de una exigencia técnica que no debe nunca enmascarar la intención del discurso.

La partitura no es fácil para nadie y pide de la orquesta un soporte puntual, incisivo unas veces, sutil otras, sin el que su fluir quedaría cojo. Y eso es lo que sucedió desde el momento en que, en lugar de lo dicho, se trató como un convencional trámite acompañante al que no se le pidiera sino subrayar en trazo grueso. El éxito de Altstaedt, que superó con entrega absoluta esa falta de soporte adecuado, fue enorme y correspondió al mismo con un encore de los que quitan el hipo: las Trois Strophes sur le nom de Sacher del propio Dutilleux en una lectura, por así decir, extrema, mostrando la vertiente más radical de su autor.

El concierto se abrió con una lectura de la Obertura “El corsario” de Berlioz en la que el ruido se comió todas las nueces y en la que faltó la luminosidad que piden tanto el tema lírico como el verdaderamente triunfante de la pieza. Y se cerró con una Novena de Dvorák tan plana como impersonal, de puro oficio. Excelente la corno inglés Carolina Rodríguez Canosa en el Largo.

Luis Suñén