La amistad entre Britten y Shostakovich inspira la creación de una nueva orquesta
El Sirius Park de la ciudad rusa de Sochi fue ayer escenario de un singular estreno. Lo que se estrenaba allí no era una pieza, sino una orquesta: la Orquesta del Festival Britten-Shostakovich. Conocida es la amistad que unió a estos dos gigantes musicales del siglo XX en un momento de alta tensión entre la Europa occidental y la Europa comunista. Se dice incluso que las buenas relaciones entre los dos compositores pudieron actuar en algún momento como elemento de distensión entre los bloques enfrentados. Algo parecido ya había ocurrido con los conciertos Menuhin-Oistrakh, con Bach como telón de fondo y punto de encuentro. Un recordatorio simbólico de que la música podía abrir caminos de paz y esperanza en medio de tanta hostilidad.
Aquella amistad ha sido ahora el motivo inspirador para crear una orquesta formada por músicos ingleses y rusos. Tras realizar audiciones en 300 conservatorios de ambos países, han sido seleccionados unos noventa instrumentistas con una edad entre 18 y 28 años. La Orquesta del Festival Britten-Shostakovich se moverá entre Rusia y Reino Unido, y su programación artística también reflejará el doble eje. El concierto de ayer dará paso a una gira que este mes de septiembre tocará las ciudades de Moscú, San Petersburgo, Birmingham, Nottingham, Leeds, Manchester, Edimburgo, Basingstoke y Londres. Entre los compositores programados, además de Britten y Shostakovich, estarán también Vaughan Williams, Elgar, Rachmaninov y Prokofiev.
La dirección artística de la orquesta recae en Jan Latham-Koenig y los objetivos de cara al futuro pasan por ampliar el repertorio (extendiéndolo incluso a compositores de otros países, aunque sin olvidar nunca el marco inspirador del proyecto) y acometer la interpretación de piezas de gran envergadura como la Sinfonía “Leningrado” de Shostakovich o el War Requiem de Britten.