Kozená, Rattle y el universo de la canción folclórica
FOLK SONGS
Canciones folclóricas de Bartók, Berio, Montsalvatge y Ravel. Magdalena Kozená, mezzo. Orquesta Filarmónica Checa. Dir.: Simon Rattle. Pentatone (1 CD)
La mayoría de los críticos escuchan una vez, o una vez y media, el disco sobre el que tienen que escribir. A mí me gusta dedicarle un poco más de tiempo. Cuando se instala la duda o las expectativas no se cumplen, vuelvo a escuchar el disco una semana más tarde. Esto no siempre resuelve mis dudas, e incluso la segunda impresión puede resultar menos positiva que la primera. Pero casi nunca me arrepiento de haberle dado esta segunda oportunidad.
Nada parecía funcionar en mi primera escucha del programa propuesto por Magdalena Kozená en este CD, integrado por cuatro pequeñas colecciones de canciones populares orquestadas por Bela Bartók, Luciano Berio, Maurice Ravel y el español Xavier Montsalvage. Ya de entrada, el conjunto húngaro se antojaba un escollo insuperable. Orquestadas en 1933, en un momento particularmente difícil en la viday la carrera de Bartók, Kozená parecía querer suavizar las asperezas tanto de la música como de los textos de estas canciones. Por su parte, la Filarmónica Checa, dirigida por su marido, Simon Rattle, sonaba atípicamente tímida. En la segunda escucha, sin embargo, toleré mejor el relativo sentimentalismo de las versiones. La interpretación musical no siempre tiene que acomodarse a la propia historia personal del compositor.
El ciclo de canciones folclóricas americanas, armenias, francesas, italianas y azeríes orquestadas por Berio fue concebido para su esposa, Cathy Berberian, una armenia-americana de asombrosa versatilidad vocal. Kozená rebaja de nuevo el voltaje y juega al escondite con la orquesta, contrarrestando con su desenfado el celo misionero de Berberian. Algunos de los solos instrumentales son pura filigrana.
Las melodías griegas de Ravel son despachadas con garbo y desparpajo, aunque sin duda no deben ser tan fáciles de cantar. En las de Montsalvatge, Kozena se convierte en una suerte de Carmen caribeña. En la segunda escucha, el álbum da la impresión de ser mucho más que la suma de sus partes. Las culturas tan dispares que integra el programa parece querer decirnos que, a fin de cuentas, la humanidad es una sola. Kozena es una cantante de convicciones, y yo he acabo saliendo casi del todo convencido.
Norman Lebrecht