ISLA CRISTINA / El saxofón valiente de Mari Ángeles del Valle

Isla Cristina. Teatro Horacio Noguera. 4-VIII-2021. Festival Internacional de Música de Isla Cristina. Mari Ángeles del Valle, saxofón. Daniel Barbosa, piano. Obras de Larsson, Fauré, Debussy, Viardot, Falla, Poulenc, Hahn, Piazzolla y Yoshimatsu.
Como viene siendo habitual desde su primera edición, el FIMIC reserva una velada para jóvenes talentos musicales andaluces. En esta ocasión, lo que se había programado como una cita doble se quedó en un concierto en solitario debido a la enfermedad de la violinista que debía completar cartel con la saxofonista Maria Ángeles del Valle. No se arredró la joven de Paterna del Campo (Huelva), ya con una sólida trayectoria musical y se hizo cargo del concierto.
Sobresale en esta intérprete el control técnico de la emisión y de los diversos recursos a la hora de conseguir una amplia gama de colores. Así se evidenció, ante todo, en la Fuzzy Bird Sonata de Takashi Yoshimatsu, en la que la intérprete tuvo que tirar de técnica para conseguir los múltiples efectos demandados, desde el slap al soplido sin sonido, sin olvidar los diversos niveles de vibrato de mandíbula y de diafragma. Ya antes, en el segundo tiempo del concierto de Lars-Erik Larsson, había desplegado larguísimas frases en un muy poético legato rematado en unos complejos y bien resueltos arabescos centrales.
Siguió a continuación una selección de versiones instrumentales de canciones del ámbito francés del siglo XIX (con una breve incursión fallesca) en las que se puso a prueba la línea cantabile de un saxofón de sonido siempre controlado y definido, sin estridencias incluso en el registro más agudo. Aquí jugó también un papel esencial el piano de Barbosa, capaz de prestar ese arropamiento armónico y ese color irisado de canciones como Après un rêve de Fauré, Beau soir de Debussy, A Chloris de Hahn o Les Chemins de l’Amour de Poulenc (magníficas regulaciones dinámicas y fraseo cadencioso y elegante). Faltó un punto más de misterio en el teclado en la Nana de Falla y un ritmo más marcado de bolero en Madrid de Pauline Viardot. Donde ambos estuvieron brillantes fue en La muerte del Ángel de Piazzolla, con ágiles cambios de ritmo y de color y precisos saltos interválicos.
(Foto: Carolina Cuadrado)
Andrés Moreno Mengíbar