INNSBRUCK / Medalla de oro para Antonio Vivaldi
Innsbruck. Innsbruck Tage Alter Musik 2023. Antonio Vivaldi: L‘ Olympiade. Benedetta Mazzucato, Bruno de Sá, Margherita Maria Sala, Bejun Mehta, Raffaele Pe, Christian Senn, Luigi De Donato. Innsbrucker Festwochenorchester. Director musical: Alessandro De Marchi. Director de escena: Stefano Vizioli.
Alessandro De Marchi, director artístico y musical del Festival de Música Antigua de Innsbruck durante catorce años, celebró su despedida como spiritus rector en el Tiroler Landestheater con las entradas agotadas y un miniciclo dedicado a Vivaldi, que incluía las óperas L’Olympiade (Venecia, 1734) y La fida ninfa (Verona, 1732), así como el temprano oratorio Juditha triumphans (Venecia, 1716).
L’Olympiade ha sido un título largamente desdeñado por el mundo de la música barroca. Sin embargo, se trata de una encantadora joyita de enredos íntimos, errores humanos, supremo canto de coloratura y un previsible final feliz. El libreto de Pietro Metastasio, que fue puesto en música por casi cincuenta compositores, de Caldara a Hasse y, cómo no, Vivaldi, es muy refinado e incluso intelectual. Para el montaje, el director de escena Stefano Vizioli se ha inspirado en la amistad fraternal entre el atleta norteamericano Jesse Owens y la saltadora de longitud alemana Liz Long, situando la acción en la Italia fascista, en los meses previos a los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936. Durante la intensa y a la vez ligera sinfonía que inicia la ópera, contemplamos a diversos atletas entrenando en la barra horizontal, las paralelas o el saco de boxeo.
La Orquesta del Festival de Innsbruck brindó una sólida y convincente ejecución, aunque a veces resultó un tanto roma en el tratamiento de las dinámicas. Marchi se apoyó tal vez demasiado en la sección más aguda de la cuerda, quedando un tanto parca en el registro medio.
Three internationally sought-after counters, Bejun Mehta, Raffaele Pe, and Bruno De Sá, cavort next to two delightful, furious ladies, a baritone and a bass in the theatrical atmosphere that reflects the preparation for the 1936 Olympics. Companionship and love entanglements are the program in this crazy story. Including an oracle that triggered the love trials disasters:
Clistene, Cretan king, was prophesied that his newborn son Filinto would kill him. He rejects him. Years later: Licida, Filinto who was believed dead, is totally incapable of sport. His best buddy Megacle fills in for him at the Olympic Games. Because the king’s daughter Aristea is the prize for the winner. Megacle wins. The fraud is discovered. Licida is sentenced to death for gambling cheating. Megacle and Aristea want to give up their love for their boyfriend. Argene shows up. Licida’s love disguised as a shepherdess. Violent confusion without end with the “liento fine”. Two marriages, a happy Clistene, two wise advisors Alcandro and Aminta. family happiness!
En el reparto vocal, tres contratenores de fama internacional, Bejun Mehta, Raffaele Pe y Bruno De Sá, compartieron protagonismo con dos encantadoras y furiosas damas y un excelente barítono, en una fascinante variedad de voces y un huracán de coloratura que hicieron centellear a esta grandiosa Olympiade. En el papel de Aminta, Bruno de Sá deslumbró en su aria ‘Siam navi all onde…’, obteniendo una de las grandes ovaciones de la velada. La sobria elegancia del contratenor Bejun Mehta se adaptaron a la perfección al papel de Licida, mientras que la sensualísima voz de Raffaele Pe (Megacle) encajó de manera sobresaliente con la versatilidad vocal de la soprano Margherita Maria Sala en el papel de la apasionada Aristea. Benedetta Mazzucato cantó a la fingida pastora Argene con melodiosa flexibilidad y amargos sollozos. Por último, Christian Senn otorgó dignidad y compasión a Clistene, rey de Sicyon, mientras que Luigi Di Donato, en el papel de Alandro, completó el estupendo reparto, que se hizo acreedor en su conjunto (sin olvidar al fabuloso coro), como el propio Vivaldi, de la medalla de oro en esta maravillosa olimpiada musical. Enhorabuena a todos.
Barbara Röder
Foto: Birgit Gufler