Huehuetenango, músicas de un cancionero interrumpido
La Biblioteca de Música Latinoamericana de la Universidad de Indiana (Estados Unidos) conserva una colección de quince volúmenes de música polifónica y canto gregoriano del actual Departamento de Huehuetenango, en el norte de Guatemala. Compilados originalmente entre 1582 y 1635, estos libros son testimonio de la práctica musical de una comunidad remota, rodeada por las cordilleras más altas de Centroamérica, y por lo tanto lejos de los grandes centros urbanos coloniales, sus imponentes catedrales con sus coros y sus estudios.
El archivo de Huehuetenango es el resultado de varias interrupciones: la invasión europea interrumpe la historia de los habitantes originales, mientras que su propia producción artística interrumpe el monopolio europeo de la historia musical del Renacimiento. Con el tiempo, las propias misiones se interrumpen y la función de estos manuscritos cambia por completo, llegando a nosotros como vestigios de una cultura musical cuya dimensión y variedad solo se intuye.
La cantidad y calidad de las piezas representadas en esta colección —más de 350 obras— la convierten en un repertorio ineludible para cualquier interesado no solo en comprender la circulación de la música impresa y manuscrita en la América colonial, sino también las complejas y misteriosas formas en las que las costumbres europeas de la creación musical se manifestaron a través de mentes, manos y voces nativas. De hecho, los manuscritos guatemaltecos contienen gran parte de la música en boga a mediados del siglo XVI en España, Francia e Italia.
Uno de los manuscritos en particular, el número 8, conserva un impresionante número de canciones parisinas y madrigales florentinos, todos ellos sin sus textos originales y la mayoría de las veces bajo nombres latinos, lo que revela la apropiación de la música vocal originalmente secular para uso instrumental y quizás litúrgico. El manuscrito número 1 contiene nada menos que tres misas de las siete que se conservan en esta colección. Dos de ellas son de los españoles Rodrigo de Ceballos y Cristóbal de Morales; el resto, está aparentemente compuesto por compositores guatemaltecos. Prácticamente todos los volúmenes contienen salmos polifónicos para cantar durante las oraciones de Vísperas y Completas, así como las correspondientes antífonas gregorianas, junto con todo tipo de himnos y breves respuestas para diversas celebraciones.
El repertorio en lengua vernácula está mejor representado en el manuscrito número 7, con obras compuestas por el que se considera el primer compositor autóctono cuya obra escrita se conserva: Tomás Pascual. También fue él quien compiló la mayoría de estos volúmenes, como lo demuestra la firma de su propia letra en varios de los libros. Estas obras novohispanas se alternan con villancicos de grandes nombres peninsulares como Juan Vásquez y Mateo Flecha, así como con obras sacras muy populares en España durante la primera mitad del siglo XVI, debidas a compositores cortesanos como Urrede, Ribera, Escobar o Anchieta.
El presente programa, titulado Music of the Americas: Huehuetenango es un encargo de la MetLife Foundation y de la Gotham Early Music Scene Americas Society al tenor Jonatan Alvarado y al vihuelista Ariel Abramovich. Tendría que haberse llevado a cabo en Nueva York, pero lo ha impedido la pandemia. Ante tal tesitura, Alvarado y Abramovich optaron por grabarlo en la capilla románica de San Vicente de Catedral de Santa María de Tuy (Pontevedra), con el resultado que puede verse y escucharse en este vídeo. ¡Cuántos maravillosos tesoros musicales nos quedan todavía por descubrir!