HALLE / Dani Espasa triunfa con un ‘Amadigi di Gaula’ que combina el historicismo barroco con el universo digital
Halle. 26. 5. 2024. Händel-Festspiele 2024. Georg Friedrich Haendel: Amadigi di Gaula. Rafal Tomkiewicz, Serafina Starke, Franziska Krötenheerdt, Yulia Sokolik, Deulrim Jo. Dirección musical: Dani Espasa Dirección escénica: Louisa Proske
Quinta ópera londinense de Haendel, Amadigi di Gaula (1715) es una de las obras menos conocidas y representadas del compositor. En Halle, su ciudad natal, solo se había ofrecido una vez (en 1963), por lo que se esperaba con impaciencia la nueva producción que ha inaugurado la presente edición del Händel-Festspiele.
La directora de escena Louisa Proske y su escenógrafo Kaspar Glarner trasladan la historia de amor, celos y asesinato a la actualidad. El reino de la hechicera Melissa, personaje central de la trama, es una sala con multitud de servidores informáticos, donde de vez en cuando se oyen zumbidos y los personajes actúan ataviados con vestimentas barrocas. Este contraste entre historia y modernidad confiere un especial atractivo al espectáculo, amenizado además por vídeos que presentan imágenes ilusorias o rostros que se disuelven en cuadrículas, y por bailarines del Ballett Halle, que actúan como el séquito de la hechicera con extraños trajes de fantasía y túnicas rococó.
Cuando al final Melissa se suicida porque no puede conquistar al deseado caballero Amadigi (ya que éste ama a Oriana) su reino mágico se hunde y la escena cambia a la plaza del mercado de Halle, donde se ven aficionados al fútbol con cajas de cerveza, mujeres jóvenes con cochecitos y bolsas de la compra, una pareja gay y niños jugando. Erguido en su pedestal, el propio Haendel actúa como Orgando, el tío de Oriana, que anuncia, cual deus ex machina, el fin de todas las pruebas. En general, esta idea final del equipo de producción se antoja poco convincente, pues ya hemos visto la personificación del compositor en numerosas producciones encarnando las voces de dioses, espíritus y oráculos. Además, la soprano Deulrim Jo, de voz excesivamente tenue, demostró ser el punto débil del reparto. Los bailarines van vestidos con ropa moderna de diario y Amadigi también cambia su traje histórico por un atuendo moderno. El contratenor polaco Rafal Tomkiewicz brindó un final musical de bravura con su última aria, ‘Sento la gioia’. El cantante ya había llamado la atención con su delicada interpretación de ‘Notte amica dei riposi’, demostrado su pericia en el canto ornamental virtuoso en la siguiente ‘Non sa temere questo mio petto’ y emocionando con su intensa expresividad en el gran lamento ‘Sussurate, onde vezzose’. En el papel de Melissa, la soprano Franziska Krötenheerdt se erigió en el centro visual de la representación gracias a sus espectaculares ropajes barrocos en negro, rojo y blanco, así como a su intensa interpretación del personaje. Su colorida y expresiva voz tradujo sus intervenciones solistas con viveza, comenzando con la lastimera ‘¡Ah! spietato! e non tiu muore’, continuando con la triunfal y frenética ‘Io godo, scherzo, e rido’, para terminar con la trágica ‘Addio, crudo Amadigi’.
La soprano Serafina Starke, de voz tan clara como encantadora, ofreció un bello contraste vocal a la hechicera. Dominó magistralmente la coloratura en ‘Gioie, venite in sen’, se mostró segura e impoluta en los agudos de ‘Oh caro mio tesor’ y tradujo con energía y dramatismo ‘Ti pentirai, ¡crudel!’ y ‘Affannami’. El quinteto de solistas lo completó Yulia Sokolik en el papel del príncipe Dardano, que también está enamorado de Oriana y es asesinado por su rival Amadigi. La voz andrógina y austera de la mezzo hizo muy creíble el papel in travesti. Su entrada con ‘Pugnerò contro del fato’, introducido por la orquesta con violentos acordes, convenció por su enérgica traducción, ‘Agitato il cor mi sento’ por su tono resuelto y su animada coloratura. En el segundo acto, el aria ‘Pena tiranna’, que tanto recuerda a la famosa ‘Lascia ch’io pianga’ de Rinaldo, fue interpretada por Sokolik de forma cautivadora. Como L’ombre, el fantasma de Dardano, la cantante ofreció acentos absolutamente distintos (pálidos e incluso fríos) en ‘Han’ penetrato i detti tuoi’.
Al frente de la Orquesta del Festival de Halle, Dani Espasa tradujo de forma impresionante la ubérrima variedad de afectos que contiene la partitura Haendel, dando amplio espacio a las emociones, que flotaban y resonaban con extrema fluidez, y al mismo tiempo confiriendo una enorme energía rítmica y dramática a los momentos de mayor dramatismo. El público reaccionó con justificado entusiasmo.
Bernd Hoppe