GRANADA / Juan Carlos Garvayo, un color pianístico andalucista
Granada. Centro Federico García Lorca. 29-VI-2022. 71º Festival Internacional de Música y Danza de Granada. Juan Carlos Garvayo, piano. Obras de Falla, Debussy, Dukas, Sotelo, Nin Castellanos, E. Halffter y Suriñach.
Juan Carlos Garvayo es sin duda una de las grandes figuras pianísticas del actual panorama español, por su gran capacidad técnica y musical para adaptarse a las mas variadas estéticas. Y eso lo hace tanto en su carrera solista como en la labor profunda que realiza con el Trío Arbós. Su recital en el actual Festival de Granada ha sido una visión de cómo aunar tendencias muy diversas dentro de los que podríamos entender como lenguaje español de naturaleza andaluza en el piano. Él mismo fue presentando las obras con comentarios precisos y de contenido.
Garvayo nos brindó una sensible muestra de la manera en que algunos compositores franceses se acercaron a España a través del piano. De Debussy nos ofreció dos espléndidas piezas, La puerta del vino, del segundo libro de Preludios, y Lindaraja, obras relacionadas no solo con España sino con la propia Granada, música francesa, desde luego, pero con aroma español y de una calidad magistral que el interprete supo poner de relieve.
Un poco mas lejano, pero igualmente refinado, Paul Dukas con La plainte au loin du faune del Tombeau de Claude Debussy. También obra de cierto aroma español, pero inequívocamente francesa e igualmente bien tocada. Y, como en el extremo natural de esta doble presencia, música española con aroma francés: el maravilloso homenaje que Falla hizo a Debussy en Pour le tombeau de Claude Debussy que el propio Falla vertió al piano desde el original guitarrístico. Y además otro tres compositores españoles que se interesaron por lo específicamente folclórico español: Joaquín Nin Castellanos, con su Mensaje a Claudio Debussy, y la manera en que los españoles asumieron lo que en los franceses llamaban ‘españolada’, por un lado con la irónica L’espagnolade, propuesta en 1937 por Ernesto Halffter, que es mucho más que una caricatura puesto que se trata música excelente, y las Trois chansons et dances españoles del catalán Carlos Suriñach Wrokona, quien en Francia y Estado Unidos coqueteó con el estrecho camino que va de lo español a la españolada.
Y, junto a ellas, la visión actual de la búsqueda de un lenguaje enraizado en lo andaluz y expresado con la técnica actual, la obra Entra el alba en la Alhambra de Mauricio Sotelo, que el propio Garvayo estrenara el pasado febrero y de la que el autor dice que es el resumen de muchos momentos mágicos vividos en Granadas y en su música, desde Enrique Morente a García Lorca. Obra muy típica de la estética de Sotelo y de su brillante factura, evocación más que descripción de un alba alhambrista que Garvayo tocó con la perfección que caracterizó a todo el recital, con un programa mucho menos obvio de lo que aparentaba y que no carecía de muy diversos motivos de interés por su discurso bien confeccionando y por la manera con que el intérprete la aproximó al público. Y yo diría que culminado por un brillante bis, de la autoría del propio pianista, que resumía conceptualmente el contenido del recital con una extrema brillantez virtuosística.
Tomás Marco
(Foto: Fermín Rodríguez – Festival Internacional de Música y Danza de Granada)