GIJÓN / Pablo González en el podio de la OSPA

Gijón. Teatro Jovellanos. 6-II-2020. Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias. Maximiliano Martín, Clarinete. Director: Pablo González. Obras de Berlioz, Nielsen y Mussorgski.
La Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias brilló en su sexto concierto de abono bajo la dirección del flamante director titular de la Orquesta Sinfónica de Radio Televisión Española, el asturiano Pablo González.
Cuando el talento y las ganas se aúnan, y el entendimiento entre director y agrupación son tan evidentes, el resultado no puede ser otro más que el éxito. Esta sinergia ha ido in crescendo a lo largo de los años, y ya van 20, desde que iniciaran su primer proyecto juntos maestro y orquesta, hasta llegar a la actual relación artística que produce conciertos de un elevado interés como el de esta semana. No hay que olvidar que estamos ante uno de los mejores directores españoles del panorama actual y que la experiencia de González como titular de orquestas como la Sinfónica de Barcelona y ahora la orquesta de la RTVE, le dan un bagaje que, unido a sus enormes cualidades, le abren las puertas de una importante carrera no solo en nuestro país, sino también internacionalmente. Su nivel de exigencia y la búsqueda de la perfección, hacen que el sonido de la orquesta suba cuando él se encuentra en el podio y de ello se dio cuenta a lo largo de toda la velada.
Con el Carnaval romano de Berlioz ya se pudo apreciar la cuidada sonoridad de la orquesta, con un gran trabajo además en las dinámicas. Resultó muy interesante la presencia como solista del clarinetista canario Maximiliano Martín, que ofreció una notable interpretación del Concierto para clarinete y orquesta de Nielsen. Fue una versión muy elegante, de cuidados fraseos, con una variada paleta de recursos que inundó el Teatro Jovellanos de una sonoridad plena, en la que el acompañamiento de la orquesta fue siempre delicado y atento. El virtuoso regaló al final de su intervención una melodía de su tierra, Arroró, de los Cantos canarios de Teobaldo Power, tema que dedicó “a la gente que está fuera de sus casas, viviendo en otros lugares con un sentimiento de añoranza, de echar de menos nuestras raíces”, interpretada con mucha intención y logrando unos pianissimi realmente bellos.
A pesar del buen nivel ofrecido hasta el momento, lo mejor de la noche estaba por llegar, con Cuadros de una exposición de Mussorgski. González dirigió de memoria, mostrándose absoluto dominador de todos los detalles expresivos que aparecen en la partitura, desde las melodías intimistas hasta la avasalladora Gran puerta de Kiev. Hay que destacar la valiosísima aportación del joven concertino Miguel Colom, un candidato ideal al puesto en la OSPA, pero que lamentablemente para la agrupación -que se está demorando demasiado en este asunto-, ya es tarde, pues el madrileño acaba de obtener la plaza en la Orquesta Nacional de España.