Géza Anda, cien años (II: el concurso de piano)

Abundan los concursos de piano. Es el piano un mundo muy rico, y con una riqueza se diría que en aumento. La competencia es enorme. No diría que es feroz ni despiadada, ni nada por el estilo. Los jóvenes intérpretes del piano que sobresalen son muchos. Los ciclos de piano y cámara que acogen a estos pianistas, así como los ciclos sinfónicos, han aumentado en las últimas décadas, con los repentinos declives que ha provocado el retroceso económico mundial provocado por eso que se llama capitalismo salvaje (“desregula, desnúdate, ponte a mi merced, y todos saldremos ganando”), que ha afectado tanto a las artes como a la desigualdad, ese peligro (uno más, entre otros) que dejamos crecer con más ideología, más falsa conciencia, que cordura o solidaridad.
En lo que se refiere a las artes, les recomendaría un libro publicado el año pasado en nuestro país, La muerte del artista – Cómo los creadores luchan por sobrevivir en la era de los billonarios y La tecnología, del estadounidense William Deresiewicz (Capitán Swing, 2021)[1], que explica, entre otras cosas, cómo a la maldición de Internet y la piratería se une la crisis económica, con lo que la pandemia ha venido a ser la puntilla de sectores como los audiovisuales. Habrá que referirse a este libro con más extensión. En la era del ‘todo gratis’ los pianistas son un sector que resulta inmune por lo que se refiere a recitales en vivo o música concertante. A costa, eso sí, de giras que pueden ser agotadoras. Pero las grabaciones han de cederse gratuitamente o con beneficios para las plataformas, nunca para el artista. No insistiré en esto, Deresiewicz lo explica mejor, aunque no es el clásico el sector que más atención ocupa en su libro.
En el centenario del propio Géza Anda el importante concurso pianístico que lleva su nombre ha corrido peligro. El mismo peligro que han acechado tantas actividades desde hace dos años; o que las han condenado lamentablemente. Por fortuna, el concurso del centenario pudo salvar su decimoquinta edición (tiene lugar cada tres años), que se celebró en Zúrich entre el 27 de mayo y el 5 de junio de 2021 con excelentes resultados.
El concurso desarrolló su final en la Tonhalle Maag de Zúrich. Entre paréntesis: evocar a Peter Maag, a quien conocí, con quien hablé, con quien reí hace años, me provoca eso que los franceses llaman un pellizco en el corazón (un pincement au cœur), y me emociona todavía su recuerdo, cuando Peter Maag dirigía en España a menudo. Cierro paréntesis. El concurso es uno de los empeños por conservar la memoria de Géza Anda, que murió demasiado pronto, y al que dedicábamos una evocación el mes pasado en esta página. En la final quedaron tres jóvenes pianistas de un nivel envidiable.
El primer premio lo obtuvo el alemán Anton Gerzenberg (Hamburgo, 24 años). Pueden ustedes acceder al concierto de la ceremonia de la entrega del premio. Gerzenberg toca la Totentanz S 126 y el Primer concierto de Liszt. Hay que hacer notar que este concurso insiste en las preferencias de repertorio que tuvo el propio Géza Anda: Liszt, Bartók, Mozart, Chopin… Este video les garantiza algo más de media hora de la mejor música en la concepción de un intérprete joven e indiscutible virtuoso. Dirige Gergely Madaras a la Tonhalle-Orchester Zurich.
Si se molestan un poco en buscar, encontrarán a Gerzenberg en la ronda final, con Bach, Beethoven y Chopin.
El segundo premio recayó en el británico Julian Trevelyan (22 años), con apellido de historiador de antaño del que hemos aprendido muchos. Leemos a algún colega sugerir que su interpretación afilada del Tercer concierto de Béla Bartók podría haber sido mal comprendida por algunos miembros del jurado que tuvieron la capacidad de juzgar y dejarle en el segundo premio. Valoremos esta opinión con mesura. Vean y disfruten. Y después tal vez, pero no antes, sea el momento de juzgar a los juzgadores. Misma orquesta, mismo director, claro está.
El tercero fue para el checo Marek Kozak (27 años), del que podemos escuchar y ver el Concierto nº 5, ‘Emperador’ de aquel día de la final, también con Madaras y la Tonhalle. Hay mucha competencia histórica en esta obra, y sin embargo Kozak saca adelante lo que nos parece una auténtica referencia.
La Fundación Scherzo ya ha comprometido al menos a dos jóvenes pianistas de ediciones anteriores para su ciclo de Jóvenes intérpretes. Nuestro ciclo sirve de escaparate, limitado pero revelador, de lo que es hoy el pianismo de las generaciones más recientes. Como estos tres ganadores, espléndidos instrumentistas. Solo que un concurso como éste, y como otros muchos, deja en la sombra otros virtuosos que consiguieron llegar a las etapas inmediatas a la final. Al margen de lo puramente artístico, hay que hacer constar (como si fuéramos notarios) que el piano es uno de los sectores laborales (insistamos en que ser artista es un trabajo, que además es agotador, en el que nunca te detienes) más competitivos, más difíciles, en el que es muy probable que haya más trabajadores de altísimo nivel que en ningún otro.
Santiago Martín Bermúdez
[1] Traducción de Mercedes Vaqueros Granados.
3 comentarios para “Géza Anda, cien años (II: el concurso de piano)”
<strong>… [Trackback]</strong>
[…] Find More Information here to that Topic: scherzo.es/geza-anda-cien-anos-ii-el-concurso-de-piano/ […]
<strong>… [Trackback]</strong>
[…] Here you can find 8060 additional Information on that Topic: scherzo.es/geza-anda-cien-anos-ii-el-concurso-de-piano/ […]
<strong>… [Trackback]</strong>
[…] Find More Information here on that Topic: scherzo.es/geza-anda-cien-anos-ii-el-concurso-de-piano/ […]
Los comentarios están cerrados.