Gabriel Erkoreka, Premio Nacional de Música 2021
“Por su brillante trayectoria como creador y por la riqueza de su lenguaje compositivo (…) Por la proyección internacional de su música, programada en importantes temporadas y festivales europeos”. En estos términos se expresaba el pasado mes de octubre el jurado del Premio Nacional de Música refiriéndose al ganador del mismo en 2021, en el ámbito de la composición, Gabriel Erkoreka (Bilbao, 1969). Galardón que, en la modalidad de interpretación, recayó en la organista Montserrat Torrent. Erkoreka entra así a formar parte del grupo de compositores que han merecido este premio en su justo momento, con un importante catálogo y mucho por hacer. Entre toda esta actividad está, por ejemplo, la de arropar el inminente alumbramiento de un disco monográfico que Alfonso Gómez ha dedicado a su integral pianística en el sello Kairos.
¿En qué momento siente que le llega el galardón y qué valoración hace del mismo?
Es un premio muy importante, de esos que uno no sabe si alguna vez le iba a tocar o no. Más allá de lo monetario, que no es en absoluto desdeñable, me siento muy honrado a nivel personal por lo que significa para mi vida de compositor: lo que se está premiando es una trayectoria. Además, creo sinceramente que llega en un buen punto del camino, saliendo de la pandemia y en un periodo de mi carrera en el que ya he hecho muchas cosas y, confío, me quedan bastantes más por hacer. No es ni pronto ni tarde, sobre todo si tenemos en cuenta que el oficio de componer es una carrera de fondo.
Es una distinción que etiqueta, a partir de ahora cuando se refieran a usted será Gabriel Erkoreka, Premio Nacional de Música en 2021…
Sí, ¡así es! El Premio Nacional es ya como una etiqueta asociada a tu nombre y, para bien o mal, tiene un peso específico importante en España. Si esto va a servir para que mi música alcance una mayor difusión estaré feliz; es lo que más deseo.
¿Cuánto le ha afectado creativamente, si es que en su caso lo ha hecho, la pandemia?
Siempre se tiene la idílica idea de que a los compositores nos gusta encerrarnos para crear, pero es algo muy diferente a la coyuntura vivida. Aislarte libremente para dar forma a una obra de envergadura es una cosa; que te lo impongan por una situación que a todos se nos escapaba de las manos, es otra bien distinta. Durante los meses pasados la creación pasó casi a un segundo plano, perdió circunstancialmente su razón de ser. Había que estar a cosas de auténtica importancia, casi de supervivencia. (…)
Ismael G. Cabral
[Foto: Miguel Pérez Cócera]
(Comienzo de la entrevista publicada en el nº 380 de la revista SCHERZO, de enero de 2022)