FUENLABRADA / Apogeo actual del baile masculino
Fuenlabrada. Teatro Tomás y Valiente. 22-IV-2023. Compañía Nacional de Danza. Sad Case: León y Lightfoot/Pérez Prado y otros; Love Fear Loss: Amarante/Edith Piaf y otros; Five Variations on a Theme: D. Fernández/J. S. Bach; Passengers Whithin: Joaquín de Luz/P. Glass.
La Compañía Nacional de Danza (CND) busca cohesionarse y es evidente que su atmósfera, en apariencia muy armónica, deja traslucir al menos de primeras un buen baile de conjunto; ya tendremos tiempo de hablar de individualidades y de los nuevos y prometedores fichajes; el promedio de edad de la plantilla ha bajado sensiblemente.
La CND llevó a Fuenlabrada un programa que podemos denominar de ratificación, y lo cierto es que resultó mucho mejor función que la vista anteriormente en Teatros del Canal. ¿Las razones de este cambio a mejor? Probablemente el rodaje, la confianza sobre lo que se hace y la asunción de la tarea sin demasiadas presiones. Love Fear Loss se afianza como efectivo y eficaz repertorio y Passengers Within, tras algunos ajustes hechos por el propio De Luz, luce mejor y más cohesionado. La obra novedosa era el solo de David Fernández, que no es nueva, pero sí como repertorio de la CND.
El mexicano David Fernández se ha labrado una fama de trabajador riguroso y tenaz, su recorrido por diversas estructuras y compañías norteamericanas lo atestigua, del American Repertory a los Harvard y New Jersey Ballets; también ha sido maestro en la Joffrey School y en el Brooklyn Ballet. Joaquín de Luz encargó este trabajo de Fernández con un objetivo concreto: la gira mundial de Kings of the Dance de 2008, un espectáculo que se centraba en el baile masculino y el virtuosismo viril que contaba, entre otros, con David Hallberg (ABT), José Carreño (ABT), Joaquín de Luz (NYCB), Dimitri Gudanov (Bolshoi) y Nikolay Tsiskaridze (Bolshoi). Hoy día tiene una connotación simbólica muy especial que se estrenara en una de las galas justamente el 25 de noviembre de 2008 en la Ópera de Odesa (Ucrania). Five Variations on a Theme se vio con gran éxito en Nueva York, Los Ángeles, Londres, París, Roma, Moscú, Kiev y la citada Odesa.
El baile masculino se ha desarrollado de manera meteórica en los últimos 50 años. Podemos citar nombres y a la vez podemos pecar de parciales y poco rigurosos; el proceso ha sido largo y bascula entre varios planos y facetas: la técnica del hombre, la proliferación de estudiantes varones en conservatorios y escuelas, los cambios de foco en los protagonistas de las nuevas obras coreográficas, la lenta pero real liberación de los estigmas y prejuicios sociales alrededor del hombre en el ballet, y la oferta laboral que abarca el teatro de musicales, la danza contemporánea y el cine, completan y justifican este boom. Del partenaire soportador se ha pasado así a un protagonismo real del baile masculino, muchas veces en paridad con el baile femenino. A distancia de poco más de un siglo de Vaslav Nijinski y media centuria de Rudolf Nuréyev, hoy sí podemos empezar a hablar de paridad en este campo.
Five Variations on a Theme es un guiño, desde lejos y con respeto, a ciertos antecedentes. Primero se lo vinculará al famoso solo de Jerome Robbins sobre una suite para violonchelo de Bach; pensado originalmente para Mijaíl Barishnikov y sus posibilidades, también lo baila Joaquín de Luz y está en el repertorio de la Ópera de París (Merchand, Heymann, Ganio). Hay también otro referente algo más lejano y sobre una música hermana (otra suite de Bach, la tercera): el solo que Francine Lancelot ideó para los primeros bailarines de la Ópera de París, y que Nuréyev hizo suyo tras algunas modificaciones y añadidos desde 1985. La combinación escénica de bailarín solo y Bach (también un instrumento solo: violín, cello, piano) produce siempre un tono y tipo de danza reflexiva, tan contendida como medularmente intensa. Estas características se encuentran en el solo de Fernández, y Joaquín de Luz las transmite con un equilibrio emotivo en donde se aprecia el estudio reverente del baile de sus mayores, entre ellos, su admirado Barishnikov.
El solo de encargo creado para un bailarín específico puede levantar suspicacias, pero es un formato que existe desde siempre (es decir, desde que el ballet es ballet). Cuando Anton Dolin creó en Londres en 1957 el hoy canónico Variations for Four lo ideó desde un inteligente aprovechamiento de las cualidades específicas de cuatro bailarines. Exactamente un año y 20 días después –el 25 de septiembre de 1958– se estrenaba en Nueva York por ABT con otros cuatro grandes de la época. Ya Dolin, hace también medio siglo, nos quería decir: atención, este es el virtuosismo del hombre en el ballet actual. Ya la senda estaba abierta y en el siglo XXI la seguimos explotando con éxito y belleza.
Roger Salas
(fotos: Alba Muriel)