Filipe Pinto-Ribeiro: “Es un privilegio tener un festival en un lugar tan inspirador como el Convento dos Capuchos”
Filipe Pinto-Ribeiro es uno de los más destacados pianistas portugueses, además de fundador y director artístico del conjunto DSCH – Shostakovich Ensemble. En su currículo sobresale también la faceta de director artístico de festivales como el dos Capuchos, cuyos conciertos tienen lugar en el magnífico entorno del Convento dos Capuchos, en la municipalidad portuguesa de Almada. El próximo 25 de mayo, el Festival de Música dos Capuchos da comienzo a su edición 2023 con un rico plantel de artistas invitados y numerosas propuestas.
¿Cuándo nace el Festival de Música dos Capuchos?
En 1980, y durante veinte años fue en Portugal una cita de referencia que traía siempre a grandes intérpretes. Sin embargo, en 2001 tuvo que cerrar por problemas económicos y de gestión. Se mantuvo, digamos, en estado de hibernación hasta que en 2021 regresó con grandes artistas como Alfred Brendel, al que rendimos un emotivo homenaje, Hopkinson Smith y la Orquesta de Cámara de San Petersburgo, entre otros. En esta segunda etapa intentamos mantener la dinámica que hizo del festival una iniciativa de gran calado en la cultura portuguesa y buscamos establecer un horizonte de continuidad gracias también al apoyo de la municipalidad de Almada. Por suerte tanto el público nacional como internacional nos está acompañando.
Esta nueva edición del festival tiene como hilo conductor las estaciones del año.
Sí. En términos más generales, el tema es la multidimensionalidad del tiempo, que encuentra en las cuatro estaciones una de sus manifestaciones más visibles.
¿Cómo se traduce en términos de programación?
Hay varios ciclos conectados con esta idea. El arranque será el 25 de mayo con un recital del Cuarteto Hermès que incluye una versión de cámara de La creación del mundo de Milhaud, que define, por así decirlo, un tiempo de creación. El gran concierto de apertura será dos días más tarde, en el Teatro Municipal Joaquim Benite de Almada, con las Cuatros estaciones de Vivaldi y otras páginas instrumentales y vocales del barroco italiano. Sus intérpretes serán I Solisti Veneti, una referencia en este repertorio durante décadas, junto al violinista Mario Hossen y la soprano Lena Belkina. El día 28, un recital de la mezzosoprano Deniz Uzun y el pianista David Santos incluirá obras relacionadas con la estación veraniega (Nuits d’été de Berlioz, Summertime de Gershwin). El fin de semana siguiente, el bandoneonista Marcelo Nisinman liderará la interpretación de Las cuatro estaciones porteñas de Astor Piazzolla, y la voz de Ana Karina Rossi traerá melodías del gran músico argentino. Luego el Officium Ensemble, dirigido por Pedro Teixeira, ofrecerá “El tiempo de los Capuchos”, es decir, música sacra polifónica del Renacimiento, cuando se construyó el Convento dos Capuchos, con la Missa Papae Marcelli de Palestrina y piezas de Thallis, Lobo, Allegri, Lassus y Brito. La pianista Marianna Shirinyan tocará el ciclo Las estaciones de Chaikovski, mientras que el 18 de junio estrenaremos en Portugal las Cuatro estaciones americanas de Philip Glass, su concierto para violín nº 2, en versión de Jack Liebeck y la Orquesta de Cámara de Budapest “Franz Liszt”, que este año celebra sus sesenta años de actividad. Y cerraremos el festival con el Cuarteto para el fin del Tiempo de Olivier Messiaen, que representa para nosotros un tiempo de redención, una obra muy importante para el contexto actual si tenemos en cuenta las condiciones en las que fue escrita y su mensaje. La interpretaremos con el Shostakovich Ensemble y grandes solistas como Pascal Moraguès al clarinete y Christian Poltéra al violonchelo.
También preparan una serie de homenajes.
Sí. En primer lugar, dedicamos una carta blanca al pianista y compositor portugués António Victorino De Almeida; y luego nos visitará el extraordinario pianista Stephen Kovacevich [en la foto], que interpretará obras de Beethoven (Sonatas op. 109 y 110 y selección de las Bagatelas op. 119 y 126) y la Sonata de Alban Berg. También actuarán jóvenes grupos portugueses, el Juventus Ensemble y 100 Caminhos.
Y por primera vez habrá clases magistrales.
El Festival tiene una serie de actividades paralelas al margen de la programación propiamente musical. Hacemos charlas literarias con grandes escritores y pensadores. Este año las dedicamos al centenario de tres grandes escritores portugueses: Mário Cesariny, Natália Correa y Eugénio de Andrade. Tenemos también charlas previas a los conciertos y este año implementamos las clases magistrales con Pascal Moraguès (clarinete), Esther Hoppe (violín) y Christian Poltéra (violonchelo). Son tres grandes profesores y nuestra idea es que no vengan aquí sólo para tocar, sino también para comunicar con el público y con los jóvenes músicos, transmitiendo sus conocimientos.
Otro eje importante del Festival es la vertiente patrimonial y, por así decirlo, ecológica.
El Convento dos Capuchos, donde se desarrolla el festival, está ubicado en una zona magnífica: cerca del acantilado fósil de la Costa de Caparica, un sitio con una fauna y una flora muy especiales, así que vamos a organizar unos paseos para contemplar la naturaleza del lugar y concienciar al público sobre la importancia de preservarla. También ofrecemos visitas al Convento.
El que las músicas suenen en un entorno tan bello es sin duda un valor añadido.
Los Capuchinos escogieron este lugar precisamente porque era un sitio que favorecía la introspección, la meditación, la comunión con la naturaleza y el paisaje. Aunque ha habido intervenciones arquitectónicas posteriores, su aura espiritual se mantiene. Hay una sencillez extraordinaria en sus ambientes que nos lleva a la esencialidad y a la pureza. Los músicos están encantados de estar aquí, para ellos es un sitio muy inspirador. En 2021, Alfred Brendel vino y quedó completamente fascinado por estos lugares. Incluso en los mensajes que intercambiamos después, sigue hablándome de la belleza de la capilla, de los jardines, del claustro. El Convento dos Capuchos es un sitio inspirador tanto para el que toca como para el que escucha. Por otro lado, nos influye también en la búsqueda de la temática y la programación del festival; cada año tratamos de dibujar un arco de cinco siglos, desde el Renacimiento (época de la fundación del monasterio) hasta la actualidad. Tenemos estrenos absolutos de compositores portugueses, pero también obras del siglo XVI, del barroco, clasicismo y romanticismo. También incluimos otros lenguajes como el tango, el jazz y música tradicional. Hay una gran diversidad que también es inspirada por este sitio. Son cinco siglos de música y cinco siglos del Convento.
¿Cómo definiría el Festival de Música dos Capuchos?
Un festival que busca la excelencia musical, que se presenta como un espacio para grandes artistas internacionales y portugueses, con una dinámica de apertura hacia todo lo que viene de fuera. Pero es también un festival pensado para el público. Los precios de las entradas son accesibles y hay una lógica de divulgación a todos los niveles. A veces la gente no tiene conciencia del drama que supone perder estos espacios de cultura en un mundo que parece estar conducido sólo por índices económicos. La cultura también tiene un impacto social de enriquecimiento del espíritu de las personas, aunque esto no se vea reflejado en los estudios económicos.
Stefano Russomanno