Fallece el bajo Spiro Malas

El bajo-barítono Spiro Malas, norteamericano de Baltimore de inequívoco origen griego, ha fallecido a los 86 años el pasado 23 de junio en Nueva York, donde llevaba ya varios años retirado de la escena, dedicado a la enseñanza en la Manhattan School of Music. Cantante de atractivos y muy personales medios, reconocibles de inmediato por un oyente avispado, realizó una importante carrera que compartió con importantes colegas, y de manera muy especial con dos sopranos de especial relieve. Junto a Beverly Sills fue un Tolomeo haendeliano en épocas en que ese papel era parte privativa de los contratenores y, especialmente, en compañía de su gran amiga Joan Sutherland, con la que participó en giras australianas destacando como los donizettianos Dulcamara y Sulpice (varias veces al lado del Nemorino o el Tonio de Pavarotti). Artista versátil e inquieto, cantó asimismo Oroe y luego Assur de Semiramide y Creonte del Orfeo de Haydn, participando en el estreno en 1961 de The Crucible de Robert Ward, adaptación operística del texto Las brujas de Salem de Arthur Miller. Como intérprete de cámara dio mucho espacio a la música de su país de adopción. Hizo también sus pinitos como figura televisiva, algo que potenció su popularidad. Su debut operístico lo realizó en su ciudad natal en 1959 como Marco, de Gianni Schicchi, y en el pequeño papel del Maestro Spinellocchio de esta misma partitura pucciniana llegó a la New York City Opera, compañía con la que actuó a menudo y en numerosas oportunidades al lado de la estrella de la casa: la citada Beverly Sills. Al vecino Met llegó cual Sulpice en 1983. Al lado de Alfredo Kraus sobresalió como un certero y sobrio Don Pasquale y con la imponente Marilyn Horne como el Haly rossiniano y el Capulet de Bellini.