La música de Proust
THE PROUST ALBUM:
Obras de Hahn, Ysaye, Chaminade / Shani Diluka, piano. Con Natalie Dessay, Pierre Fouchenneret, Guillaume Gallieme, Hervé Niquet. (Warner)
De vez en cuando aparece un disco que me parecía llevar esperando toda la vida. Como sabe cualquier lector de Marcel Proust, la búsqueda del tiempo perdido por parte del autor implica una enorme cantidad de reminiscencias y citas musicales, extraídas directamente de los salones del París de finales del XIX. Debería existir un registro de las mismas, solía yo pensar. Ahora lo hay.
No esperen en este álbum obras maestras. Aunque Proust asistió una vez a once representaciones consecutivas de Pelléas et Mélisande de Debussy, sus gustos musicales eran tan triviales como las ociosas conversaciones que con tanta languidez escuchaba. El álbum se abre con un concierto para piano de Reynaldo Hahn, el amante eterno de Proust. Hahn fue un exquisito escritor de chansons de dos minutos, pero su concierto es como el carro de un buhonero avanzando pesadamente y sin rumbo por el bulevar Haussmann, repleto de objetos encontrados.
Las piezas que Proust conocía mejor eran de Fauré, Massenet, César Franck y Debussy. Este disco intenta reconstruir la “Sonata Vinteuil”, totalmente ficticia, a partir de fragmentos de Hahn, Ysaye y Cécile Chaminade, que no es exactamente lo que Proust pretendía, pero que pertenece sin duda al mismo distrito elegante del París fin de siecle. Lo mejor de todo es la lectura por parte de un actor francés de la inigualable reminiscencia de la madalena de A la recherche, subrayada por las imposiblemente decadentes Réveries du Prince Eglantine de Reynaldo Hahn…. Para morirse.
El álbum es obra de Shani Diluka, una pianista francesa de origen esrilanqués que da a estas piezas un toque deliciosamente ligero y saca adelante su idea con un desparpajo raramente permitido hoy en día en el disco. El violinista de la “Vinteuil” es Pierre Fouchenneret y la soprano Natalie Dessay regresa al estudio de grabación. Estoy impaciente por compartirlo con mis compatriotas.
Norman Lebrecht