El insuperable Shostakovich de Mariss Jansons
Shostakovich. Sinfonía nº5. Orquesta sinfónica de la radio de Baviera. Director: Mariss Jansons. BR Klassik. 900191. 44.27
La reciente muerte del director letón Mariss Jansons nos ha privado del que quizás fuera el mejor intérprete de Shostakovich de la última década y si alguien lo duda, que lo constate en esta Quinta más que perfecta. Y es una buena ocasión porque esta sinfonía es una de las más populares y “sencillas” del ruso con lo que hay mil grabaciones. Pues bien, Jansons se coloca en cabeza de todas las recientes ediciones.
Que es la más fácil se entiende porque con ella el compositor pedía perdón a Stalin por haber sido demasiado inteligente y buen músico para la estrecha cabeza del criminal soviético. Tras haber sido purgado (y temido por su vida) agachó la cabeza y compuso una obra “popular”. No llega a ser un ejemplo del realismo socialista que exigía el partido más mediocre de Europa, pero se acercaba. Stalin y sus esbirros le perdonaron.
A nosotros, sin embargo, aquel capítulo de la estupidez comunista ya no nos importa. Es cierto que el último movimiento, afirmativo, con fanfarria y todo, podría ser un final “a lo Hollywood” que es el gusto soviético por excelencia, pero es también una resolución irónica, brillante e inteligente. La prueba es que, cuando se estrenó, en 1937, Mravinski agitó la partitura ante un público que ovacionaba al compositor como diciendo: “¡Aquí está, ha vuelto el hijo pródigo!”.
La dirección de Jansons es detallista, exquisita, con una intelección perfecta de la partitura, matizada y de grandes contrastes entre el Largo y los Allegros. Se advierte que esta es la música que él más amaba por su profundidad, pero también por su gracia, por una alegría milagrosamente compatible con la tragedia. La orquesta de Múnich es fabulosa. Lo dije al principio, la batuta de Jansons es tan buena que uno sólo tiene un reparo: la abandonó demasiado pronto.
Félix de Azúa