El FeMÁS acogerá el barroco clandestino de Holland Baroque

El largo conflicto entre las Provincias Unidas y España conocido como Guerra de los Ochenta Años tuvo su final definitivo en la Paz de Westfalia en 1648, tratado que también ponía punto final a la Guerra de los Treinta Años que azotó en corazón del Imperio. Unas de las principales derivadas de este tratado fueron el establecimiento del principio jurídico de la soberanía territorial (independiente de los gobernantes de turno) y el de la soberanía religiosa. En virtud de lo cual, en las Provincias Unidas del norte de los antiguos Países Bajos españoles se estableció la exclusividad del culto protestante. Con todo, en el norte de la región de Brabante, a caballo entre las Provincias Unidas y los Países Bajos que se mantuvieron bajo soberanía española, se arbitró por parte de las autoridades holandesas un pacto tácito de tolerancia hacia el culto católico, siempre que éste no fuese público y manifiesto. En establos y cobertizos en las afueras de las poblaciones se pudo desarrollar, de forma más o menos pacífica, el ceremonial católico, incluído el componente musical del mismo.
A este repertorio de la liturgia católica brabanzona de la segunda mitad del siglo XVII está dedicado el concierto que el grupo Holland Baroque ofrecerá en el Espacio Turina el día 31 de marzo como parte del cuadragésimo Festival de Música Antigua de Sevilla. Dirigido de forma informal por las gemelas Tineke y Judith Steenbrink, Holland Baroque se define a sí mismo como “orquesta barroca original e innovadora” que busca repertorios inusuales. Así se podrá comprobar con este programa, integrados por obras latinas de compositores como Benedictus a Sancto Josepho (en el mundo Benedictus Buns), Carl Rosier, Jan Baptist Verrijt, Herman Hollanders y anónimas. Holland Baroque estará integrado por tres sopranos, dos altos, tres violines, una viola da gamba, dulcián, dos trombones, laúd y dos órganos.