EL ESCORIAL / Disminuyendo, que es gerundio
San Lorenzo de El Escorial. Real Coliseo de Carlos III. 26-IX-2020. L’Estro d’Orfeo. Directora y violín: Leonor de Lera. Obras de Rognoni, Marini, Uccellini, Rossi, Selma y Salaverde, et al.
A muchos de los conciertos programados este año se los ha llevado por delante la Covid-19. A este, en concreto, ya lo había atropellado antes una decisión política, la que tomó la consejera de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid (¡de Cultura, qué paradoja!), Marta Rivera de la Cruz, cuando decisión suprimir de la noche a la mañana y sin encomendarse a Dios ni al diablo uno de los ciclos musicales más exitosos que se han organizado en los últimos años en la CAM, el denominado Silencios en El Paular. No sin dificultadas, debidas a los tiempos que corren, el concierto se ha podido reprogramar cuatro meses más tarde, trasladándolo del Monasterio de Santa María de El Paular al Coliseo Carlos III de San Lorenzo de El Escorial (todo queda en la fría sierra del Guadarrama).
El programa que presentaba el grupo L’Estro d’Orfeo, del que es directora artística la violinista Leonor de Lera, era el de su último disco, L’Arte de diminuire (El arte de disminuir). Para aquellos italianos del primer Barroco (o del último Renacimiento, como prefieran), disminuir era un procedimiento contrapuntístico en el que, a la presentación del tema, le seguía su desarrollo en valores menores, ya fuera de forma escrita o improvisada. Es decir, melodías ornamentadas en la repetición mediante una serie de notas más cortas que era añadidas. Y, en efecto, aquello de las “disminuciones” (que en España se conocía como “diferencias” y en Inglaterra, como “divisiones”) era todo un arte.
Las piezas incluidas en el programa pertenecen a compositores como Rognoni, Marini, Uccellini, Kapsberger, Salomone Rossi, Dalla Casa y Selma y Salaverde, además de figurar arreglos sobre obras de Palestrina, Sances, De Rore y Arcadelt realizados por los integrantes de L’Estro d’Orfeo: Rodney Prada (viola da gamba), Josep Maria Martí Duran (tiorba y guitarra), Javier Núñez (clave y órgano) e Ignacio Ramal (violín), además, obviamente, de la propia Leonor de Lera.
El tono festivo de la mayor parte de estas piezas hizo disfrutar al público (buena entrada, a pesar de las reducciones de aforo y de que el coronavirus no invita precisamente a meter muchos bollos en el horno), sobre todo, la impresionante Diminuzioni sopra “Usurpator tiranno” di Giovanni Felice Sances (debida a De Lera), el Aria quinta sopra “La Bergamasca” de Uccellini o la anónima Tarantella del Gargano, en la que el violín sustituye a la voz humana. Todos y cada uno de los miembros de L’Estro d’Orfeo tuvieron su momento de lucimiento individual. Cuando se juntan intérpretes tan magníficos como estos, el resultado tiene que ser a la fuerza igual de magnífico.
Eduardo Torrico