DRESDE / Nuevos colores para ‘El oro del Rin’ con Nagano y los instrumentos de época
Dresden, Kulturpalast. 14-VI-2023. Derek Welton, Dominik Köninger, Mauro Peter, Tansel Akzeybek, Katrin Wundsam, Nadja McHantaf, Gerhild Romberger, Daniel Schmutzhard, Thomas Ebenstein, Tjil Faveyts, Tilmann Rönnebeck, Ania Vegry, Ida Aldrian, Eva Vogel. Dresdener Festspieleorchestra y Concerto Köln. Director: Kent Nagano. Richard Wagner: El oro del Rin (versión de concierto).
Desde su creación en 2008 bajo la batuta del mismo director, el volcánico violonchelista Jan Vogler, el Dresdner Musikfestspiele sigue tomando caminos originales. Esta ha sido siempre la seña de identidad del Festival, que este año promueve un proyecto más ambicioso que nunca, revisando nada menos que al gran genio de la música alemana: Richard Wagner. El Festival propone una interpretación de la partitura de Wagner que pretende quitar las sedimentaciones interpretativas acumuladas a lo largo del tiempo con la ambición de devolverla a la pureza cristalina de sus orígenes. Para ello se sirve de la investigación musicológica de Kai Mūller.
La exploración corre paralela en dos frentes: el uso de instrumentos históricos y la investigación de las técnicas interpretativas del siglo XIX. En primer lugar está el uso de las tubas, cuyo profundísimo gorgoteo penetra hasta las entrañas: hacen de la entrada en escena de Fasolt una experiencia nueva. Las trompas de la época de Wagner también poseen una sonoridad desconocida. Y después está la técnica. La vocal procede por etapas sucesivas. Primero viene la búsqueda de una dicción perfecta. Luego, se profundiza en la técnica declamatoria del teatro alemán con la pronunciación de la frase marcadamente arrastrada, y finalmente viene la combinación de estos tres elementos.
El resultado es un declamato acompañado por la inteligible nitidez del esplendoroso alemán propio de los libretos de Wagner. También cabe destacar las apoyaturas de las cuerdas que en cuanto tocan la nota no desembocan en… una coda sonora: el efecto es un sonido wagneriano de desconocida limpieza quirúrgica que revela un caleidoscopio de nuevos colores. Por último, la orquesta, que, a pesar de sus generosas dimensiones wagnerianas, no necesita la potencia de esas voces que precisamente se definen como wagnerianas. El equilibrio entre foso y escenario es más sencillo.
En Dresde, en el Kulturpalast, las orquestas Dresdner Festspielorchester y Concerto Köln, dirigidas por la precisa batuta de Kent Nagano, interpretaron El oro del Rin, la primera ópera del ciclo El anillo del nibelungo, del que cada año se ofrecerá un nuevo capítulo.
La dirección de Nagano es introspectiva, segura, a veces incluso arriesgada, en un torbellino de colores inesperados pero familiares que nos guían inconscientemente en la vivencia wagneriana de cada oyente. Las dos orquestas se compenetran maravillosamente. El amplio reparto vocal, con todo el trabajo de dicción, hace innecesarios los subtítulos en alemán. Sin embargo, ¡hubieran sido útiles en inglés! Todas las bellas voces están en constante competición entre sí.
Una experiencia que no debería perderse todo amante de la música de Wagner.
Franco Soda