Descubren que un ‘Salve Regina’ atribuido a Pergolesi es del catalán Juan Rossell
Giovanni Battista Pergolesi murió cuando solo tenía 26 años. Era tal su fama ya por ese entonces que muchos editores sin escrúpulos incluyeron la firma del compositor de Iesi en infinidad de partituras, con la intención de que los incautos compradores se hicieran con ellas. Resultaba imposible que en tan poco tiempo Pergolesi hubiera escrito tantas obras, pero nadie reparó en ello. O nadie quiso reparar. Con el paso del tiempo, ha quedado demostrada la espuria paternidad de muchas de ellas. Así, ahora nos topamos con que el motete Salve Regina para dos voces (no confundir con el famoso Salve Regina para soprano) no es de Pergolesi, sino un compositor catalán coetáneo suyo, Juan Rossell. El hallazgo es debido al violinista y director italiano Riccardo Minasi [en la foto], que lo ha grabado al frente del Ensemble Resonanz, de la soprano Giulia Semenzato y de la mezzosoprano Lucile Richadot. El CD acaba de publicarse en el sello Harmonia Mundi, junto al inevitable Stabat Mater pergolesiano.
Juan Rossell nació en Barcelona el 1 de abril de 1724 y murió el 30 de marzo de 1780. Perteneciente a una familia de músicos (su abuelo, también llamado Juan, trabajó en la capilla de la Catedral de Barcelona; su padre, Vicente, fue tenor solista en la Iglesia de Santa María del Pino, y sus hermanos Antonio y Manuel fueron violinistas en la capilla del Palacio de la Condesa de Barcelona).
En 1731, Rossell ganó plaza en la capilla de música de la Catedral de Barcelona, en donde tuvo como maestros a Jose Picanyol, Francisco Valls y José Pujol, del que fue alumno predilecto. En 1746, tras ganar la pertinente oposición, se convirtió en maestro de capilla de la Catedral de Tarragona, en la que solo estaría un año, ya que en 1747 fue nombrado maestro de capilla de la recién fundada capilla de música de Santa Ana del Palacio de la Almudaima (Mallorca). En ese periodo, del que apenas se tienen datos, mantuvo una intensa relación epistolar con el también catalán Jaime Casellas, a la sazón maestro de capilla de la Catedral de Toledo. Al jubilarse este en 1762, Rossell se presentó a la oposición para relevarle en el cargo y la ganó, siendo nombrado oficialmente el 19 de abril de 1763.
En Toledo, además de componer gran cantidad de música para las celebraciones litúrgicas, Rossell se dedicó a meter en vereda a los músicos de la capilla catedralicia, logrando que esta alcanzará un altísimo nivel. En ese periodo, viajó con frecuencia a Madrid tanto para relacionarse con el Padre Soler o con Antonio Rodríguez de Hita como para surtir de músicos a la capilla toledana. A partir de 1776, su salud empezó a resquebrajarse, lo que le obligaría a ausentarse de sus obligaciones para recibir tratamiento médico en Barcelona. Renunció al cargo en enero de 1780 y fue sustituido por otro músico catalán, Francisco Juncá.
De Rossell han sobrevivido 177 obras religiosas, entre las que cabe destacar 34 oficios en latín y 135 villancicos —la mayoría, de Navidad— en lengua española. Este Salve Regina data de 1753, de cuando Rossell estaba en Mallorca. Lo curioso del caso es que en 2007 la Orchestra de Cambra Catalana, bajo la dirección de Joan Pamiès, lo grabó —dando por hecho que Rossell era su autor, pero sin percatarse de que se trataba del mismo Salve Regina que se atribuía a Pergolesi— en el sello La mà de guido. En las notas informativas de la carpetilla del CD se puede leer lo siguiente: “El lenguaje utilizado por Rossell era el habitual en aquellos tiempos. Vale la pena observar que el trabajo de los violines aquí es más elaborado que en otras de sus obras litúrgicas. La influencia de Pergolessi se constata claramente en esta obra”.
Ha sido Minasi quien, casi por casualidad, ha comprobado ahora que se trata del mismo Salve Regina. Solo diez días antes de meterse en el estudio para grabar el CD, el violinista italiano empezó a buscar información en Internet sobre la obra y se topó con el mencionado registro de la Orchestra de Cambra Catalana. Lo escuchó e inmediatamente la música le sonó familiar, lo cual despertó en él sospechas. La edición más antigua que localizó databa de 1773 (editada por un escocés llamado Robert Bremner), por lo que decidió consultar a la compositora y musicóloga catalana Anna Cazurra, especialista en la obra de Rossell. Tras los oportunos cotejos de las partituras, ambos llegaron a la conclusión de que se trataba de la misma obra y de que el auténtico autor era Rossell y no Pergolesi.
(Foto: Nancy Horowitz)