Descubiertas las canciones castellanas de Pauline Viardot
Este año de 2021 verá, entre otras efemérides, el 200º aniversario del nacimiento de Pauline Viardot (París, 1821-1910). En realidad, Pauline García-Viardot, por cuanto que era hija del famoso tenor, maestro de canto, empresario y compositor sevillano Manuel García (1775-1832). Famosa a nivel internacional por su faceta de cantante, Pauline fue desde muy joven una compositora muy dotada y fue alabada en esa faceta por personalidades como Gounod, Bizet, Saint-Saëns, Liszt o Brahms entre otros. Su terreno preferido en la composición fue el de la canción y las óperas de cámara para uso doméstico en sus famosas veladas musicales en Baden-Baden o en Bougival.
La oportunidad del centenario, que en Francia tendrá consideración de Conmemoración Nacional, está permitiendo la salida a la luz de obras inéditas de Viardot, tanto en el terreno de la canción como en el de la obra escénica de cámara. Recientemente han sido recuperadas por el investigador, especialista en la familia García y colaborador de SCHERZO Andrés Moreno Mengíbar un conjunto hasta ahora desconocido de canciones en castellano.
Procedentes de los herederos de Viardot y de la colección privada del matrimonio Sutherland-Bonynge, la Universidad de Harvard guarda un importante conjunto de manuscritos con obras inéditas, borradores, versiones alternativas, ejercicios de canto, etc. Es en dicha colección donde se ha podido localizar una veintena de canciones con textos en español. “En casa de Viardot siempre se habló el castellano además del francés, ya que Louis Viardot era un importante hispanista que llegó incluso a traducir el Quijote al francés. La correspondencia de Pauline con su hermano Manuel Patricio es casi siempre en español y ese amor por la lengua y la cultura española se transmitió a sus hijas”, según declaraciones de Moreno Mengíbar.
En las canciones castellanas, escritas a todo lo largo de su vida, desde 1842 hasta los años 90, Viardot muestra conocer bien la literatura española, sobre todo las recopilaciones de cantos populares, pues los textos están escogidos de colecciones como las Iza Zamácola o Rodríguez Marín.
De entre estas canciones castellanas sobresale un grupo de cinco que ofrecen un interés especial. Son bien conocidas en la actualidad las versiones para canto y piano, con textos en francés de Louis Pomey, que Viardot realizó de doce mazurcas de Chopin, con la aprobación del propio compositor polaco, gran amigo de Pauline. Ahora bien, en la colección de Harvard encontramos cuatro de esas mazurcas en una primitiva versión en castellano y una quinta que no fue luego vertida al francés y que es, por ello, un inédito absoluto.
Estas versiones se corresponden con los siguientes originales chopinianos: Ay que me robó mi morena el corazón: op. 24 nº 1; Me mandas que te olvide: op. 32 nº 2; De qué sirve que yo quiera: op. 6 nº 1, y El amor de mi mozuela: op. 7 nº 1. Por último, La tortolilla triste se corresponde con la Mazurca op. 17 nº 2 y es la única de este conjunto de canciones que no fue posteriormente editada en francés.
Junto a las demás canciones castellanas estas mazurcas están siendo objeto de edición moderna por parte del musicólogo Miguel López Fernández, del Conservatorio Superior Manuel Castillo de Sevilla, con vistas a su interpretación en próximos conciertos y su grabación discográfica. López destaca “el alto valor patrimonial y musical de estas canciones”.
El director musical del proyecto, el pianista Francisco Soriano valora estas canciones, “como el modelo de tantas composiciones de aire español de autores como Gounod, Bizet, Saint-Saëns o Massenet, compositores que se movieron en el círculo artístico de Pauline Viardot. Reflejan la presencia de lo español en la vida de la compositora, no sólo en la selección de los textos, sino porque están construidas sobre ritmos y aires españoles como el bolero, el tango, el fandango, la jota, la habanera o el zorongo. La escritura vocal es sumamente brillante y exigente, con amplio despliegue de coloraturas”.