MADRID / Café Comercial: Dos románticos españoles olvidados, por Michael Thallium

Madrid. Café Comercial,.11-II–2019. Mario Prisuelos, piano. Obras de Guelbenzu, Adalid, Mozart y Chopin.
El pasado 11 de febrero, dentro del ciclo The London Music N1ghts, el pianista madrileño Mario Prisuelos propuso un programa con el que quería remontarse al Madrid de 1887, año en el que se fundó el Café Comercial, lugar donde se celebra este ciclo de música clásica.
Los protagonistas de la primera parte fueron los dos compositores españoles. Prisuelos abrió la velada con dos obras lentas de Juan María Guelbenzu (1819-1888): En la cuna y Romanza sin palabras. Guelbenzu fue un compositor y pianista navarro que desarrolló su carrera principalmente en la corte de Madrid. Fue maestro de las infantas, hermanas del futuro rey Alfonso XII.
A las obras de Guelbenzu le siguieron otras dos de Marcial del Adalid (1826-1881): El lamento y el Scherzo nº 3. La música para piano del gallego Adalid, marcadamente romántica, recuerda a la de Chopin, con quien quiso estudiar en París, aunque no lo logró. Sin embargo, sí que fue alumno de Iznaz Moscheles en Londres entre 1844 y 1849. En su vida, Adalid se preocupó también por el folclore gallego.
Sin duda, Prisuelos tiene el mérito de dar a conocer la música de estos dos compositores españoles casi olvidados. Y el Café Comercial fue el lugar en el que pudimos conocer una música que rara vez se programa.
La segunda parte del concierto constó de la Sonata K 332 de Mozart y de la Balada nº 3 de Chopin. Cabe preguntarse qué pinta Mozart en un programa pretendidamente romántico. A esa pregunta dio Prisuelos respuesta contando al público que por los años 80 del siglo XIX, comenzaba a oírse en la corte madrileña la música de cámara de Mozart, que llegó con retraso a España.
El concierto terminó con un voluntarioso Prisuelos regalando al público sendas propinas de Purcell (Ground) y Manuel de Falla (Danza ritual del fuego).
Michael Thallium