CÓRDOBA / Sublime guitarra de Ricardo Gallén
Córdoba. Teatro Góngora. 10-VII-2019. Ricardo Gallén, guitarra. Obras de Assad, Bach y Brouwer.
Sólo en casos aislados se ha podido constatar que la recreación ha superado de algún modo el pensamiento del compositor, alcanzando en su traducción ese punto de referencia absoluta que hace que no pueda ser comprendida su música de forma distinta a como el intérprete la plasma en sus actuaciones o ha quedado registrada en grabaciones que han terminando siendo verdaderos monumentos de documentación fonográfica. En este sentido hay casos palmarios en el mundo del piano: Sergei Rachmaninov, reconociendo a Vladimir Horowitz como superior a él mismo en la ejecución de su repertorio, Vladimir Sofronitski, como supremo traductor del mensaje de Alexander Skriabin, Arthur Rubinstein, chopiniano por antonomasia de absoluta referencia, o más recientemente al pianista quebequense Marc André-Hamelin como gran clarificador y recuperador del inaccesible virtuosismo de Lepold Godowsky. Es el caso, en equiparable parangón, del guitarrista linarense Ricardo Gallén con la obra del maestro Leo Brouwer, seguramente uno de los más importantes compositores de música para guitarra de todos los tiempos.
Esta comparación y consecuente aseveración se pueden hacer después de lo que ha significado la actuación de este genial guitarrista en la séptima jornada del Festival que incluía en su programa la Tercera Sonata, “Del Decamerón Negro” y la Sexta Sonata, “De los enigmas” del gran músico cubano. Gallén se ha planteado su interpretación descifrando el mensaje oculto de la personalidad musical del compositor llegando a descubrir, como dice este guitarrista, la diversidad de sus fuentes entre las que se encuentran vihuelistas renacentistas hispanos como Mudarra o Milán, así como personalidades de la talla de Beethoven y Shostakovich, o Bernardo Pasquini, tercero un poco olvidado de ese trío maravilloso que llegó a formar con Alessandro Scarlatti y Arcangelo Corelli en la romana L’Accademia dell’Arcadia, precursora del neoclasicismo. Pero también se pueden encontrar esas sonoridades modernas detraídas del expresionismo, del minimalismo, de la música popular o del jazz que en la mente de Brouwer se convierten en sonidos que, se tiene la sensación, siempre estuvieron ocultos en la guitarra y que él descubre y transforma con esa magia natural facilitada por haber sido en la primera etapa de su carrera un enriquecedor agitador de la guitarra tanto en la creación como en la interpretación.
Gallén se convierte en perfecto alter ego de Brouwer a través del asombroso instrumento que le ha construido el lutier granadino Francisco Santiago Marín, cuya amplitud dinámica y diversidad tímbrica lo convierten en el universo ideal de iluminada sonoridad donde se puede expresar en plenitud este exigente repertorio brouweriano, que requiere de manera absoluta y constante trascender la expresividad y alcanzar así la mejor musicalidad imaginable.
El programa tuvo el insustituible interés de contar con el estreno mundial de Colloquial Preludios compuestos en el año 2018 por el también guitarrista y compositor brasileño Sergio Assad. Esta obra la integran doce pequeñas composiciones de concentrada enjundia técnica pareja a su trascendente mensaje musical, con las que el autor hace un repaso por varias tonalidades. Pensados para la superlativa técnica de Ricardo Gallén, a quien están dedicados, dejan una sensación en el oyente de micro ensayos con una doble función: agradar al oyente en su escucha y servir como apuntes académicos que deben ser materia de un detallado estudio, dada la variedad de sus digitaciones y pulsos, las diversas orientaciones expresivas que proponen individualmente y la sensación de unidad que dejan escuchados en su conjunto, que llegan a funcionar didácticamente como objeto de interpretación de alta escuela.
La actuación terminó con la transcripción de la Sonata para violín en Sol menor BWV 1001 de Bach con la que Gallén dio toda una lección magistral de estilo y sentido musicales. Así dibujó, dando un aire de improvisación, el antojo que supone el Adagio, evocó el carácter de las canciones y danzas italianas en la alegre Fuga, que fue transcrita para laúd por el propio Bach, y en la Siciliana que le sigue, para terminar haciendo un alarde de agilidad y precisión en el complicado tañer del Presto final, que requiere una paralela deconstrucción armónica para conseguir el rico misterio de su mensaje.
Un público entendido, en su mayoría, volvía a admirar el arte de este maestro que empieza a singularizarse positivamente de modo excluyente del resto de guitarristas. En correspondencia a unos intensos e interminables aplausos ofreció como bis una exquisita versión del famoso Yesterday de The Beatles escrita por el insigne compositor tokiota Toru Takemitsu, interpretación que no hizo sino avivar el entusiasmo de los privilegiados presentes a este recital que puede calificarse de antológico.
A propósito de la presencia de Ricardo Gallén en el Festival de la Guitarra de Córdoba, es obligado hacer mención aquí de la presentación, el día anterior, de su grabación de la integral de las sonatas de Leo Brouwer producida por IBS Artist y realizada por su discográfica IBS Classical que, como producto fonográfico de excepcional calidad, está llamado a ser un documento de absoluta y, por tanto, obligada referencia dentro del repertorio guitarrístico.
José Antonio Cantón
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