CÓRDOBA / Luis Fernández-Castelló, eminente clarinete
Córdoba. Conservatorio Superior de Música. 19-III-2021. XXIII Festival de Música Contemporánea. Luis Fernández-Castelló, clarinete. Francesc Llop i Álvaro, piano. Obras de Colomina, Guinjoan, Lutoslawski, Prieto, Salonen, Torres y Vega.
El cuarto programa del Festival supuso la grata sorpresa de descubrir un clarinetista de altos recursos técnicos parejos a un sentido musical de primerísima calidad estética, como tiene el valenciano Luis Fernández-Castelló, músico que dedica gran parte de su actividad concertística al repertorio contemporáneo para, como él manifiesta, así explorar nuevos campos expresivos de su instrumento. En esta ocasión venía acompañado al piano por su paisano Frances Llop i Álvaro, que ha destacado musicológicamente como un gran tratadista del mundo de la campana, recogiendo en su tesis doctoral una amplia y a la vez precisa catalogación de las centenares existentes en las catedrales españolas.
Desde el piano siempre asumió su función polifónica para realzar la singularidad del sonido del clarinete. Así se percibió en las cinco partes de Dance Preludes de Witold Lutoslawki, que compuso en 1954 basándose en sones populares del norte de Polonia, destacando este dúo en la serena expresividad dada a los movimientos pares de tempi pausados, Andantino y Andante, y que fueron contrastados por la alegría del último, con el que el compositor polaco quiso despedirse de los referentes folclóricos.
Le siguió el estreno absoluto de Sonata 21 que escribió Claudio Prieto el año 2012. Se significa como un alambicado ejemplo de la estética del compositor palentino, por el expansivo tratamiento sonoro del piano, la presencia de intervalos hispanos en sus armonías, que en algunos momentos recuerdan a Falla, una serie de pequeñas células rítmicas que parecen aludir a Prokofiev y un soliloquiado pasaje central del piano que, todo ello en su conjunto, deja la sensación de ser una sonata que tiene marcadas influencias externas dentro del enunciado biensonante que caracteriza a este autor que, en esta obra, parece como si, de repente, se hubiera desconectado su inspiración ante el abrupto final de la obra.
Elegancia es la palabra que puede definir Ofrenda de Jesús Torres para solo de clarinete. Caracterizada por amplios intervalos y una reiterada utilización de modulantes fragmentaciones de su discurso, simultánemente dejaba la sensación de requiebros armónicos muy expresivamente articulados a modo de canto. Los alrededor de cinco minutos de Crime, compuesta por Óscar Colomina en 2006, son un ejemplo de música espectral que tiene en el clarinete un medio de expansión ideal por los penetrantes vectores sónicos que alcanza el instrumento en contraste con la obra subsiguiente del programa, De un amor lejano de la compositora canaria Laura Vega. La preciosa simplicidad de esta obra, orientada hacia un impresionismo evocador en el que el sentimiento amoroso es el objeto de su inspiración, la lleva a estar inmersa siempre en un alto grado de melancolía. Los registros graves del clarinete generaron algunos de los momentos más emocionantes del concierto, como los alcanzados en su conmovedora secuencia conclusiva.
Las dos piezas que cerraban el programa, Fantasía de Joan Guinjoan y Nachtlieder del muy admirado director de orquesta finlandés Esa Pekka Salonen, constituyeron un gran final de velada por el diferente juego serialista que presentan ambas, con ciertos destellos jazzísticos en el caso de la segunda, y el sabio conocimiento que sobre las posibilidades del clarinete se muestran en la primera, que se sucede inmersa en una atmósfera pianística de depurada sonoridad fruto de una muy cuidada y necesaria pulsación.
Finalmente interpretaron como bis Nocturno de Juan de Dios García Aguilera, adentrándose en las esencias de este compositor, que en esta obra trata al clarinete en expansiva respuesta dinámica y tímbrica sustentada por la sonoridad envolvente del piano que permite al autor jugar con acentos y lograr unas mixturas de gran efecto que dejaban la sensación en el oyente de un trabajo bien hecho. Una vez más, el escogido contenido de este programa sirvió para disfrutar de una música en todos los casos interpretada desde un gran compromiso, mejor pensada y extraordinariamente escrita, y que brindó la posibilidad de conocer a un eminente clarinetista.