CÓRDOBA / La orfebrería mágica de José Manuel López López
CÓRDOBA. CONSERVATORIO SUPERIOR DE MÚSICA. XXV Festival de Música Contemporánea. 23-III-2023. S3 Córdoba Ensemble. Obras de Lindberg, López López, Sharafyan, Moral y Prados. 24-III-2023. Ensemble Sonido Extremo. Obras de Badalo, Rueda, Rojo y López López.
Edición a edición, sin hacer mucho ruido —sottovoce—, el Festival de Música Contemporánea que organiza la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Córdoba se está convirtiendo por derecho propio en una de las citas más estimulantes de la programación cultural cordobesa. Siguen también las sempiternas debilidades en materia de publicidad —escasa—, de espacio —ese auditorio del Conservatorio Rafael Orozco por donde se cuela el trajín de los pasillos y el eco de las clases— o de medios —unos programas de mano que quisiéramos más generosos—, pero sus responsables consiguen heroicamente hacerlo avanzar, año a año, a fuerza de imaginación y de una impecable selección de intérpretes y programas. Y lo que han conseguido para esta edición, a pesar de las debilidades señaladas, es de por sí mucho. Muchísimo, si nos circunscribimos a ese “trabajo de amor perdido” que es la difusión de la música de vanguardia en España, en Andalucía y en Córdoba, una situación triplemente periférica.
El acierto rotundo de esta vigésimo quinta edición, que abre vías de ilusión para el futuro más inmediato, ha sido hacer girar la programación en torno a la figura de un compositor de nuestro tiempo, y poder contar con su presencia y sus palabras en los conciertos. En este caso, el compositor inaugural de la feliz idea ha sido el madrileño José Manuel López López, uno de los mayores exponentes de la creación española actual. López, cuya etapa de formación atesora encuentros decisivos con grandísimos maestros como Luis de Pablo, Messiaen, Boulez, Xenakis, Horacio Vaggione o Tristan Murail, compone, en palabras suyas, «desde el interior del sonido», partiendo de la dimensión física de la onda sonora y explorando a partir de ella nuevas relaciones verticales —armónicas— y horizontales—tiempo— sirviéndose de un sinfín de recursos que van desde los instrumentos acústicos tradicionales al uso más sofisticado de la electrónica. Su evolución estilística ha transitado, como subraya él mismo «de la nota al timbre», del gesto fundante del sonido al flujo y a las texturas sonoras trabajadas con la precisión y la poesía de un orfebre.
Esta evolución pudo apreciarse con nitidez en la comparación de las obras más tempranas con las más recientes. En Hag (1991) o Jenseits…dieseits (1992), interpretadas impecablemente por el Ensemble Sonido Extremo, la importancia otorgada a la nota, al gesto o a la polifonía las situaba en la órbita de lo que estaba produciendo por aquellos años la vanguardia musical centroeuropea. Cálculo secreto (1995), obra para vibráfono donde Curro Escalante, del S3 Córdoba Ensemble, deslumbró por agilidad y elegancia, da un paso adelante en la investigación sobre la relación entre ritmo y timbre sin renunciar a la creación de una atmósfera de particular misterio y sugerencia. En Con cadencia de eternidad (1989-2002), para saxo y electrónica, encontramos ya a nuestro compositor instalado definitivamente en el mundo de los espacios sonoros, y en donde el sonido del saxo, en vivo y en diferido por medio del uso del delay, aplica sutiles pinceladas sonoras sobre un fondo ricamente coloreado por el tililar electrónico de un sinfín de partículas sonoras.
Tras una primera semana de conciertos que, a tenor de lo escrito, dejó el listón muy alto, abrió la segunda ronda semanal el S3 Córdoba Ensemble con Ablauf (1983), una impactante obra del sueco Magnus Lindberg. Sobre el batir ceremonial, funerario, de dos bombos, Jesús Núñez al saxo presentó sus credenciales virtuosísticas con un despliegue técnico impactante por el torrente de sonidos veloces y crispados que logró del instrumento. Tras el embrujo balsámico de Cálculo secreto, la Sonata para chelo (2022) del armenio Vache Sharafyan, por contraste con las obras precedentes, sonó por fuerza más convencional a pesar del evidente empeño puesto por Juan Aguilera al instrumento. La curiosa mescolanza de cruzar voces e inflexiones que iban de Shostakovich a la música armenia no bastó para compensar ciertas irregularidades en la continuidad del discurso. Tras devolvernos la granular y orgánica Con cadencia de eternidad de López al mundo sonoro de la experimentación más radical, destacó del resto del programa el estreno de Piedras (2023), interesantísima composición de Óscar Prados, también miembro del S3. Las cinco impresiones provocadas por la contemplación de minerales singulares brillaron por su fuerza pictórica y el efecto sinestésico conseguido, sobre todo en sus tres primeros números, Concreciones silíceas (la huida inmóvil), Cobres (la llama y el héroe) y Ágatas (inmensidad). Éxito final para este ensemble cordobés que, por méritos propios, está llamado a ser pieza clave de la vida cultural de esta ciudad que adormece junto al Guadalquivir.
Al día siguiente, cerraba el festival el Ensemble Sonido Extremo. Regresábamos al estimulante mundo de los timbres acústicos y al entramado infinito de sonoridades que puede ofrecer una orquesta de cámara de la categoría de la formación extremeña. Con estos mimbres, saludamos el delicioso discurrir desenfadado, variado y diatónico de Absolute (2014) de Jesús Rueda, obra de minimalismo diáfano y riqueza de efectos instrumentales atrapa la atención del oyente desde el inicio. El programa se abrió con Iridiscencia (2018), de Inés Badalo, interesante juego de apariciones y desapariciones de masas sonoras de frecuencias agudas que perseguían lograr el efecto lumínico del título y que, escuchado en el contexto de un festival donde abundan propuestas similares, pierde algo de su radical impacto. Con Ad Parnassum (2022), triple homenaje a Paul Klee, Ligeti y La Niña de los Peines de Carlos Rojo, fuimos finalmente aún más conscientes de la importancia de preservar el sentido de la forma en música —tema sobre el que gravitan inconscientemente estos encuentros—, de que es precisamente en la forma donde compositor y público se reúnen, y que en materia de forma, tras toda una edición de este festival para comprobarlo, José Manuel López López acredita ser un verdadero maestro.
C. Crespo García
(foto: S3 Córdoba Ensemble)