COLINDRES / Vivalma: caminos y espejos del barroco

Colindres. Iglesia de San José. 21-VIII-2023. Festival Internacional de Santander. Vivalma. Numen, la inspiración del artista. Obras de A. Forqueray, Rameau, Marais, J. B. Forqueray, Leclair, Corelli y A. Scarlatti.
Si algo demuestran los conciertos que el Festival de Santander programa en sus Marcos Históricos es el buen momento que vive la música española, particularmente en la interpretación de la música antigua. Al Ayre Español, Tercia Realidad, Tiento Nuevo, Forma Antiqva, La Real Cámara o La Ritirata son algunos de los conjuntos que se han presentado (o lo van a hacer) este mes en lugares emblemáticos de la comunidad, lo mismo en enclaves turísticos de la costa que en valles angostos del interior. En sus conciertos se va revelando que la elaboración de los programas está tomando gran importancia, que a la excelencia que a todos se les reconoce como intérpretes se va sumando la inteligencia a la hora de programar y de tejer hilos conductores entre las obras que muestran al público.
El concierto de Vivalma en la Iglesia de San José de Colindres resume todo aquello que uno espera de los Marcos Históricos del festival, un espíritu de novedad y descubrimiento que transmite algo diferente de lo habitual. Se trata de un ensemble joven, formado por Marta Ramírez García-Mina (violín), Marina Cabello del Castillo (viola de gamba) e Inés Moreno Uncilla (clave), consolidado durante sus estudios en la Schola Cantorum Basiliensis y dado a conocer en el ciclo Jóvenes Intérpretes de la Fundación March en 2017. Además de subrayar la “profunda complicidad construída durante ensayos, viajes, reuniones telemáticas y desternillantes anécdotas”, Vivalma destaca la creatividad como la cualidad más presente en sus programas y “hacer algo distinto con aquello que ya se tiene” como el principal de sus objetivos.
Con el programa presentado en Colindres, titulado Numen, la inspiración del artista, varios compositores del barroco francés comenzaban situándose ante el espejo de sus contemporáneos: tras empezar con “La Rameau” que Antoine Forqueray concibió como movimiento inicial de su Cinquième Suite para viola de gamba y continuo, se escuchó íntegro el Cinquième concert de Rameau con sus movimientos dedicados a Forqueray, Cupis y Marais. En solo dos piezas Vivalma había trazado un triángulo perfecto entre Marais y Forqueray como los dos mayores violagambistas de la corte de Luis XIV en Versalles (se decía que el primero tocaba como un ángel y el segundo como un diablo) y Rameau como vértice aislado, gran cultivador de la música instrumental antes de la llamada del teatro lírico.
De Marais ofrecieron después la Sonnerie de Sainte-Geneviève du Mont de Paris, incluida en la maravillosa película Todas las mañanas del mundo, con su imponente bajo ostinato y el violín y la viola de gamba alternándose majestuosamente en sus voces. Después de finalizar la parte inicial con “Le Leclair” de la Deuxième Suite de Forqueray y la primera de las Sonatas para violín y continuo op. 9 del propio Leclair, las tres dieron paso a una Folía imaginaria que combinaba de manera inusitada las variaciones de Corelli, Marais, y Alessandro Scarlatti, de forma que pudieran exhibir su complicidad y a la vez conjugar técnica, carácter y estilo en sus respectivos instrumentos. Y así sus caminos quedaban definitivamente entrelazados.
La velada fue espléndida no solo por la coherencia de un programa concebido desde el mimo y el rigor sino también por ser las tres tan directas, tan verosímiles en los lazos que las unían, tan capaces de diferenciar las múltiples facetas de la música que tenían en sus manos: la sobriedad irrompible de Marais, la autonomía dada al clave por Rameau, la claridad y el acento italiano de Leclair o el resorte virtuosístico presente tanto en Corelli como en Scarlatti. Marta Ramírez elevó admirablemente el sonido de su violín e impuso su personalidad en todas las obras, pero fueron igual de determinantes las aportaciones de Inés Moreno como clavecinista de toque tan delicado como exacto y de Marina Cabello del Castillo como la violagambista plena y dominadora de sus recursos que recordábamos de su presentación con Brezza hace tres años en esta misma iglesia. Ni siquiera la humedad del lugar les impidió cumplir las expectativas en lo más alto.
Asier Vallejo Ugarte